Laura Álvarez, teniente de alcalde de IU, componente del tripartito transversal que gobierna Cangas del Narcea con ediles del PSOE y de Foro, va a ser capaz de encontrar un mensaje para el 20-D detrás de la fórmula que amasa el equipo heterogéneo que dirige su ayuntamiento. Ella, concejala y candidata al Senado en la lista de IU-UP, afirma que allí los opuestos se entienden. Que "olvidamos del color que somos", que "yo estoy dispuesta a apoyar cualquier propuesta de los demás que me parezca beneficiosa para los ciudadanos" y que así es, a fin de cuentas, como "debe funcionar la política".
La receta vale para Cangas y podría servir, asiente, para el día siguiente a las elecciones, cuando muy probablemente, si no fallan las encuestas que niegan mayorías absolutas, haya que buscar pegamentos y entendimientos entre discursos políticos divergentes. Allí, eso sí, las veleidades de la política han hecho un malabarismo más, con Foro pactando con la izquierda para descabalgar a un alcalde del PP, el partido con el que los foristas concurren en coalición en estas generales, pero esa es tal vez otra historia.
Álvarez, canguesa de 34 años, pedagoga y psicóloga, aterriza en el número tres de la lista de IU al Senado sólo unos meses después de saltar por primera vez a una candidatura encabezando la municipal de IU en Cangas del Narcea para las municipales de mayo. Entonces la impulsaron, asegura, esas "las ganas de cambiar la política de amiguismos que llevaba el PP al frente del Ayuntamiento". Ahora, de otra manera, también. Quiere ir al Senado "a liquidar a los elefantes y a los dinosaurios", más que a cerrarlo a activar su función de Cámara de representación autonómica introduciendo en ella "a las nuevas generaciones". "Es un simple apéndice del Congreso, pero nosotros pensamos que hay posibilidades de cambio", remata.
La campaña electoral le ha servido para percibir, asegura, que el electorado está en algún sentido como ella, "comprometida y con ganas de cambio" y que IU se ha puesto en disposición de dar la vuelta a las encuestas que la relegan a fuerza residual tras el 20-D. "Me da la sensación de que están contentos con Alberto Garzón, de que a la gente le gusta lo que dice. Hay mucho movimiento en las redes sociales y pienso que esa humildad le va a hacer llegar lejos".
La pregunta era si el problema ha sido singularizar el discurso de la izquierda cuando en las encuestas muerde Podemos. La respuesta concluye que "tenemos cosas en común, pero hay otras que nos distancian. En Cangas, por ejemplo, nos separan las expectativas de la minería. Ellos aceptan que hay carbón hasta 2018 y se acabó. Nosotros estamos comprometidos con la que creemos que sigue siendo una de las mayores fuentes de riqueza de esta zona". Pero Podemos va ganando la batalla demoscópica: "Me parece que han hecho una campaña muy populista".
Mirar el mundo desde Cangas del Narcea, eje de un suroccidente que se ha hecho emblema de despoblación y envejecimiento en la región española peor tratada por la crisis demográfica, no deja que el discurso preelectoral se escape de la búsqueda de soluciones. Laura Álvarez habla de "ser cómplice de la gente, de darle facilidades", de planes de ordenación del territorio que no coarten la generación económica e industrial en el medio rural y de la autovía del suroccidente, "porque estamos aislados".
