El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, afirmó ayer que si llega a la Moncloa su gobierno "no será revanchista" ni "buscará excusas" sobre la herencia que deje el Ejecutivo de Mariano Rajoy.

Sánchez que aspira a presidir un gobierno "monocolor", sin tener que incluir en él a otros partidos, aunque tendiendo la mano para lograr los pactos que no ha habido en esta legislatura.

"Voy a hacer algo que no ha hecho Rajoy durante estos últimos cuatro años. No buscaré excusas en el pasado para justificar el presente. Miraré hacia adelante y, desde luego, mi gobierno no va a ser un gobierno revanchista", se ha comprometido.

Para Sánchez, la ejemplaridad tiene que "ir dos pasos por delante de la legalidad", porque si un presidente se pone "un nivel tan bajo de autoexigencia de responsabilidades políticas", está justificando que el diputado del PP Pedro Gómez de la Serna no quiera dimitir por su caso de cobro de comisiones por favorecer a empresas.

El candidato del PSOE a la presidencia del Gobierno ha recordado que cuando el caso Filesa, Felipe González asumió su responsabilidad política perdiendo las elecciones.

Indefinición ideológica

El candidato socialista emplaza a Ciudadanos y Podemos a decir "qué quieren ser de mayores" y a concretar si apoyarán al PP o a PSOE para gobernar después de "haber jugado a la indefinición calculada ideológica" en los últimos meses.

La presidenta andaluza, Susana Díaz, considera que "lo ideal" es que quien gane las elecciones el 20D "forme gobierno", pero ha apuntado también como "legítimo" que, si el primero no puede formar gobierno, "lo intente el segundo, el tercero o quien sea".

"El domingo no importa lo que le pase a cada partido, sino lo que nos tiene que preocupar es que este país tenga futuro", subrayó en un mitin en Torremolinos.