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Las cábalas sobre los acuerdos de Gobierno arrecian en el cierre de la campaña

Ciudadanos descarta un pacto de legislatura con PP o PSOE y anticipa que se abstendrá en la investidura

Pedro Sánchez, en el cierre de campaña del PSC en Barcelona. EFE

Cábalas sobre pactos y advertencias sobre el peligro de fragmentar el voto por la izquierda y por la derecha. La campaña electoral terminó ayer casi como comenzó: con distintos modelos para armar un Gobierno que se presume complejo por lo apretado de los resultados que anticipan las encuestas.

El presidente del Gobierno pidió ayer en Bruselas el voto tanto de "los que quieren que gobierne el PP", como los que "no quieren una coalición entre Podemos, el PSOE y otros partidos de izquierda y extrema izquierda". Rajoy descartó cualquier posibilidad de renunciar a ser presidente para conseguir apoyos para gobernar. "Nadie pone la condición a un partido que gana las elecciones" de apoyarle a cambio de cambiar de líder, porque "nadie va a ir en contra de la voluntad de los ciudadanos".

El número uno del PP elude anticipar posibles combinaciones de gobierno. "De coaliciones siempre hablo al día siguiente de las elecciones, según los resultados; lo demás son especulaciones", zanjó ante la pregunta de si aceptaría gobernar con el PSOE en una gran coalición a la alemana. La otra parte, los socialistas descartan de antemano esa opción. "Lo que queremos es echar" a Rajoy, no pactar con él", aseguró ayer el candidato del PSOE, Pedro Sánchez.

En ese todos contra todos que ha dominado la campaña, Sánchez volvió a denunciar el "frente anti PSOE" formado por PP, Ciudadanos y Podemos. Su aspiración y su compromiso es, si gana las elecciones del 20D, formar un gobierno monocolor, desde el que tender la mano al resto de fuerzas. "La clave es ganar las elecciones. Si el PSOE gana, entonces habrá cambio. Si no gana las elecciones, no habrá pactos para cambio, porque PP y Ciudadanos sumarán y habrá cuatro años de Rajoy. Rivera ha asomado la patita diciendo que se abstendría", señaló ayer Sánchez en Barcelona.

El candidato de Ciudadanos (C's) a la Moncloa, Albert Rivera, se mostró ayer abierto a abstenerse para permitir que el ganador de las elecciones generales del domingo pueda empezar el mandato. Rivera se ufana de ser el único de los partidos que deja clara su futura política de pactos y anticipa que no ofrecerá su voto para investir a Mariano Rajoy ni a Pedro Sánchez y tampoco firmará un "acuerdo de legislatura" con un hipotético gobierno del PP o del PSOE. Si los resultados del domingo no le permiten encabezar un Gobierno, C's estará en la oposición y se abrirá a "dialogar, ley por ley" con el Ejecutivo. Su disposición es abstenerse en la investidura para "dejar comenzar la legislatura aunque no demos apoyo a los otros partidos". "Una cosa es que el Parlamento funcione, y otra, que tú estés implicado con un proyecto de Gobierno", explicó Albert Rivera.

Podemos no habla de pactos, convencidos de que le remontada en las encuestas en la segunda mitad de la campaña los convierte en partido ganador. "Si ya lo reconoce hasta el señor Rajoy parece obvio que esa posibilidad está muy cerca", afirmó ayer Pablo Iglesias. "Estamos preparados para encabezar un Gobierno y para liderar una nueva transición en nuestro país", sentenció en Valencia, en el último mitin de la campaña ante 9.000 asistentes a los señaló que "ya no hay excusas para votar con la pinza en la nariz" o "por lo menos malo", en alusión al PSOE, convertido en blanco principal de sus ataques durante estas dos semanas.

Pese a no entrar en ninguno de los cálculos sobre futuros acuerdos de Gobierno, el número uno de Unidad Popular-IU, Alberto Garzón, mostraba ayer su satisfacción por haber roto un guión de campaña escrito "sólo para cuatro partidos". Garzón considera que conseguir un grupo parlamentario en el nuevo Congreso está "fácilmente a su alcance".

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