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Campaña de quince días sin pegar ojo

Los "currantes" de los actos electorales pasan cientos de horas de trabajo cuadrando agendas y haciendo kilómetros

Jaime Gareth Flórez.

El país lleva quince días inmerso en un huracán de mensajes políticos, banderines, mítines, globos, carteles y debates. Conseguir que esa lluvia fina de propaganda empape el territorio entero no es fácil. Los partidos tienen sus coordinadores de campaña y sus militantes de base, que han dedicado estos días diez horas "y más" para promocionar a su candidato.

En el PP, el diputado regional Luis Venta ha trabajado para desplegar una campaña en la que por primera vez se coordinaban con otra fuerza política, que además hasta hace nada era su contrincante. No ha habido, sin embargo, roces, según asegura Venta. Y eso que la coalición PP-Foro ha estado entre las formaciones más exageradas a la hora de plantear la campaña: diseñaron unos diez actos diarios por todo el territorio.

Javier Álvarez, un joven estudiante de Geología, ha trabajado estas dos semanas intensamente en la campaña del PSOE. Han sido días de vivir pegado a un teléfono, preocupado por cuadrar horarios y citas. "Primero hay que ponerse en contacto con las personas con las que te vas a reunir, organizar el encuentro, preparar el tema que vas a tratar. Ha habido días de sólo tres actos, y otros, de cinco. Otros compañeros se encargan de la megafonía, la propaganda, los banderines y las sillas de los mítines, el trabajo está repartido". Al final, la candidata, Adriana Lastra, ha hecho unos 4.100 kilómetros por toda Asturias. "Es agotador, y no te da ni tiempo para ver qué efecto tiene, ni para leer el periódico. Nunca he estado tan desconectado de la realidad como durante una campaña, te absorbe del todo", dice.

Podemos se ha apoyado en el trabajo militante de unos 600 voluntarios, que han organizado equipos en el centro, el oriente y el occidente de la región. Se han coordinado a través de herramientas de trabajo en red de Google Drive. "Hay mucha ilusión invertida, y aunque muchos apenas hemos podido pegar ojo, ha sido muy gratificante", afirma una de las coordinadoras de campaña, Laura Tuero.

En IU tampoco han pegado ojo durante estos quince días. El coordinador de campaña, Jaime Gareth Flórez, tuvo que redoblar sus esfuerzos a medio camino porque el compañero que llevaba con él la responsabilidad cayó enfermo de un virus y acabó hospitalizado. "Te metes mucha caña, mucho trabajo, vives pegado a un teléfono, pero al final es satisfactorio cuando las cosas salen bien".

Pedro Irún, militante de Ciudadanos, pidió vacaciones en su empresa para dedicarse a la campaña electoral. "Hemos intentado hacer mucho trabajo de calle, y la respuesta de la gente fue muy buena", asegura.

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