La coalición formada por PP y Foro resultó ayer la vencedora de las elecciones generales en Asturias al obtener tres de los ocho diputados en disputa y lograr un 30,15% de los sufragios. A casi 42.000 votos de distancia, el PSOE mantiene su posición de segunda fuerza (al igual que ocurrió en los pasados comicios nacionales), con dos diputados y el 23,27% de las papeletas. Empatado a escaños (también con dos), peligrosamente pisando los talones de los socialistas con apenas unos 12.000 votos menos, Podemos se coloca como tercer partido que aglutina el 21,33% de los sufragios y supera a los socialistas en los principales concejos, mientras que Ciudadanos obtiene un diputado con el 13,56% de apoyos.

La mayor damnificada del movimiento sísmico político es Izquierda Unida (que concurrió con las siglas UP-IU), que se queda sin su escaño en Madrid, incapaz siquiera de arañar los restos en el reparto de la Ley d'Hont al desplomarse su resultado a un 8,45%: su posible billete a Madrid se lo llevó el tercer diputado de la coalición PP-Foro. En el Senado, el reparto fue el mismo de hace cuatro años: tres para la coalición PP-Foro y uno para los socialistas.

Aplicando el arte de ver la botella medio llena, todos salvo IU quisieron hacer la lectura más positiva a duras penas. El resultado de las elecciones generales en Asturias fue un reflejo de la tendencia nacional, con una ligera mejora de resultados para casi todos los partidos (Ciudadanos se queda a una décima de su marca nacional). Ese es el guion para tratar de sacar algo de pecho, pero al igual que en el escrutinio nacional, ninguno cumple sus mejores expectativas soñadas durante la campaña electoral.

PP-Foro se imaginaba mantener los cuatro diputados que sumaron ambos partidos en 2011; el PSOE confiaba en contener a Podemos y lograr aferrar su tercer diputado; los podemistas anhelaban situarse como segunda fuerza; Ciudadanos deseaba quedar empatado con los de Pablo Iglesias, e Izquierda Unida cruzaba los dedos para no quedarse sin asiento. Ante tal panorama ninguno de los contendientes tuvo motivos suficientes para nada más allá de una celebración contenida. No hubo lugar para expresiones sinceras de júbilo o satisfacción. No lo permite el complejo panorama que se dibuja en el Congreso de los diputados.

Con una participación siete puntos superior a la de 2011 (ayer acudió a las urnas el 71,21% de los electores asturianos, frente al 64,57% de las pasadas generales y Asturias fue la segunda comunidad en la que más se incrementó la afluencia a los colegios electorales), la lectura comparativa con las pasadas nacionales es de claro castañazo para los dos grandes partidos a costa de la irrupción en escena por primera vez en el Congreso de los diputados de Podemos y Ciudadanos. La coalición de PP y Foro ni siquiera consigue retener a los votantes que los populares lograron en solitario hace cuantro años y el PSOE pierde cinco puntos y 40.000 votos. Más ecuánime en cuanto al escenario es la comparación con las últimas autonómicas, celebradas el pasado mes de mayo, a las que concurrían los mismos actores que ayer y en un clima más semejante.

Bajo ese prisma, el panorama político asturiano se ha movido poco. El Partido Popular y Foro logran quedarse con el porcentaje conjunto del 30 por ciento de las papeletas, mientras que el PSOE pierde casi tres puntos en su peso porcentual. Algo menos de esa horquilla supone la mejora de Podemos, que se queda a menos de dos puntos de los socialistas. Sí resulta significativo, en esta comparación, que Ciudadanos haya prácticamente duplicado su representación (al pasar del 7,12 por ciento en las autonomicas de mayo al 13,56 por ciento de ayer). Y ese es, en el trazo grueso, pero en el sentido inverso el camino que ha recorrido Izquierda Unida, que ha visto reducido a algo menos de la mitad su peso en el escrutinio asturiano.

Pero en el trazo fino sí se aprecian datos significativos. La coalicion PP-Foro obtuvo hegemonía en los cuatro principales concejos: Oviedo, Gijón, Avilés y Siero. En esos mismos, Podemos adelantó a los socialistas en resultado y se colocó como segunda fuerza. El PSOE, en cambio, pudo dar la vuelta a ese resultado en el cómputo global gracias a su fortaleza en las alas.

Las valoraciones se efectuaron anoche con cautela y contención. Mercedes Fernández, presidenta del PP, esgrimió su peso territorial (victoria en más de cuarenta concejos) y su clara distancia respecto a los socialistas. "Somos la primera fuerza política con una amplísima mayoría respecto al PSOE; estamos satisfechos", dijo la presidenta de los populares asturianos.

Mercedes Fernández recibió teléfonicamente la felicitación del líder del PSOE Javier Fernández. El presidente autonómico y secretario general de la FSA admitió que los de ayer "no son los resultados que habríamos querido". A su juicio, "el bipartidismo sigue vivo" y respecto a la diferencia de los socialistas respecto a las recientes autonómicas sentenció: "Algunos creían que para ganar al PP había que votar a Podemos y se equivocaron".

Lo más parecido a una celebración pudo verse en las sedes de Podemos y Ciudadanos, las dos fuerzas que irrumpían por primera vez en el escenario político nacional y que, ajenos a una comparación anterior en el mismo tablero de juego, aseguraron haber visto cumplidas sus expectativas. Ambos crecieron respecto a las autonómicas sin acusar aparente desgaste en los últimos meses. Eso ya fue motivo para esbozar cierto júbilo.

Donde no hubo apenas resquicio al que aferrarse fue en la sede de Izquierda Unida. El cabeza de lista, Manuel Gonzalez Orviz, utilizó como escudo las "condiciones extremadamente adversas" en las que, a su juicio, su formación ha desarrollado la campaña. UPyD quedó fulminada, superada en votos por el Partido Animalista.