Eran unas generales, pero las elecciones de ayer dieron un golpe al tradicional tablero político avilesino. El Partido Popular, junto a Foro Asturias, cantó victoria como hace cuatro años, pero con fuerza menguada. La coalición conservadora logró 13.714 votos, el 28,32 por ciento, una cifra similar a la cosechada a nivel nacional por la formación que preside Mariano Rajoy, aunque lejos de la de 2011 (35,50 por ciento). Pero los comicios de este domingo serán recordados sobremanera por el desplome del PSOE, que registró el peor resultado de su historia en una cita nacional, con apenas el 22,74 por ciento de las papeletas, cediendo así la supremacía de la izquierda a Podemos (23,66 por ciento), a diferencia de lo ocurrido en el conjunto de la circunscripción, donde la lista de Adriana Lastra superó a la de Sofía Castañón. Diez puntos por detrás de los socialistas se situó Ciudadanos (12,95 por ciento), que a su vez superó a Unidad Popular-Izquierda Unida (9,02 por ciento).

Al margen de la inevitable lectura nacional, estos resultados arrojaron en Avilés peculiaridades a tener en cuenta. Por una parte, la derecha se hizo con el triunfo con cierta holgura, dejando claro que la crisis interna que atraviesan los populares en la ciudad desde la dimisión de su expresidente Joaquín Aréstegui hace dos meses no pesó ayer en el ánimo de los electores. Y, por otro, la fuerza de Podemos, que se colgó la medalla de plata con porcentajes de apoyo sensiblemente superiores a la media asturiana y española, quedó de sobra revalidada. Este empuje, que las marcas blancas surgidas bajo el paraguas de la formación morada ya habían demostrado en las municipales de mayo, no sólo supone un giro sin precedentes en el espectro sociológico de la izquierda local sino que podrá será utilizado ahora por Somos y Ganemos como arma arrojadiza contra el gobierno local, crispando más aún unas relaciones ya de por sí tensas. Por último, Ciudadanos alcanza unos números que no son para tirar cohetes, pero que mejorar notablemente los de mayo, mientras que a Izquierda Unida le pasa lo contrario: retrocede al mismo ritmo que en el resto de Asturias.

La victoria del PP en Avilés tuvo reflejo en casi todos los concejos de la comarca (Castrillón, Gozón, Soto del Barco e Illas), a excepción de Corvera, que se mantuvo una vez más fiel a los socialistas (su alcalde, Iván Fernández iba de número seis en la lista al Congreso).