La posibilidad de alcanzar pactos que permitan a Mariano Rajoy conformar un gobierno estable se presenta como una quimera. O al menos esa es una de las conclusiones a las que llegaron ayer cuatro expertos que, convocados por el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA en colaboración con la Fundación Asturias de UGT, analizaron los resultados electorales y las distintas posibilidades que se plantean. La palabra más repetida fue "inquietud" ante la dificultad de que se pueda constituir un Gobierno estable. También hubo coincidencia en que si hubiera una nueva convocatoria electoral antes del verano, el PSOE sería, a priori, el más perjudicado y en cualquier caso, es el que tiene una situación más delicada. Y una cuestión planeó permanentemente: Cataluña y su encaje en España.

Los contertulios fueron Miguel Angel Presno, profesor titular acreditado como catedrático de Derecho Constitucional; Rodolfo Gutiérrez, doctor en Sociología; Óscar Rodríguez Buznego, profesor de Ciencia Política, y el periodista José Manuel Piñeiro. El debate, que se prolongó algo más de dos horas, fue moderado por la política asturiana y exalcaldesa de Gijón Paz Fernández Felgueroso.

Rodolfo Gutiérrez inició las intervenciones remarcando que el cambio provocado con el resultado electoral no es tanto, ya que "dos terceras partes en diputados y en votos siguen correspondiendo a opciones políticas que llevan en el Parlamento desde la Transición". Y tampoco ha sido un gran triunfo de nadie, porque "ninguno de los partidos consiguió cumplir sus expectativas".

El sociólogo asturiano destacó que el cambio es menos del pensado "o ilusionado", entre otras cosas porque la demografía se impuso, y el eje "derecha-izquierda sigue estando ahí". Pero luego está la incertidumbre que los resultados electorales generan. Por un lado son "prometedores", porque ahora la representación es más amplia y entran en el Congreso "los que lo rodearon para decir que a ellos no se les representaba". El problema es "la incertidumbre en sentido de gobernabilidad". Rodolfo Gutiérrez señaló que los partidos políticos tienen que "reeducar a su electorado, porque los pactos se basan en cesiones". El problema es quiénes pueden protagonizar dichas alianzas. "Las parejas son aburridas, pero los tríos son muy complicados", señaló. Y una de las cuestiones que más complicaciones puede provocar es "el asunto catalán", que quizás sea "el más difícil de canalizar".

El periodista José Manuel Piñeiro indicó que se da una doble paradoja: que ha ganado el partido conservador y que el desarrollo del cambio se puede ver frustrado por la imposibilidad de que haya un Gobierno que lo ejecute. En todo caso, "el cambio que se produjo ayer incluye la mayor transformación del panorama político desde la desaparición de UCD". En cuanto a la posibilidad de alcanzar pactos, se antoja cuando menos difícil, fundamentalmente porque "se tendrían que hacer entre fuerzas que compiten por el mismo espacio ideológico. Y esto es lo verdaderamente novedoso".

Para Piñeiro, la última campaña electoral probablemente haya sido la más decisiva en mucho tiempo, "banalizando a los candidatos, acentuando la personalización en detrimento de las propuestas y primando el espectáculo sobre la concreción". Lo más destacado en Asturias es que "IU perdió su diputado, que el PSOE tiene un problema enorme con el voto urbano y no consigue ponerle solución, y que la derecha quizás se anime y PP-Foro pase de ser una unión temporal de empresas a una fusión".

El politólogo Óscar Rodríguez Buznego calificó el momento político de "excitante" e indicó que "no hay más partidos en el Congreso, sino dos grupos políticos que compiten bilateralmente con los dos partidos mayoritarios y que cambian la dinámica del sistema político". De todas maneras, "todos quedaron por debajo de sus expectativas".

Al igual que sus compañeros de mesa, para Rodríguez Buznego la prioridad es constituir un Gobierno estable y eso no parece fácil. Para empezar, porque se necesita una coalición mínima ganadora, y la del PP-Ciudadanos se enfrentaría a todo el resto del arco parlamentario. De ahí que pidan ayuda al PSOE. Pero además, los partidos aún tienen que seguir compitiendo entre sí por el espacio a derecha e izquierda, y además, Podemos puede ser una coalición de coaliciones, teniendo en cuenta cómo se ha presentado a las elecciones en los distintos territorios. "Al país no le convienen una nuevas elecciones, porque tampoco aseguran que eso solucione el problema y pueden favorecer a unos y perjudicar mucho a otros".

Miguel Ángel Presno, profesor constitucionalista, aprovechó su intervención para criticar, entre otras cuestiones, las enormes dificultades que deben superar los españoles en el extranjero si quieren votar; el sistema de votación y el papel de medios de comunicación que no dieron voz a IU, que tiene representación parlamentaria, y sí a Podemos y Ciudadanos, que no la tenían.

Presno introdujo un aspecto nuevo en el debate: el papel del Rey, que por primera vez puede ser relavante, desde un punto de vista institucional, al ser quien tiene que proponer al Congreso el candidato a ser presidente del Gobierno. "Rajoy no va a obtener mayoría absoluta en primera votación y en la segunda, en la que le valdría la mayoría simple, si sólo logra el apoyo de Ciudadanos, tendría más votos en contra que a favor." Por eso, añadió, el papel del PSOE es clave, porque si se abstiene, Rajoy gobernaría, pero si vota en contra y en un plazo de dos meses no se resuelve, habría que convocar nuevas elecciones en 2016.

Los cuatro intervinientes coincidieron en que la abstención del PSOE sería la que menos ruptura provocaría en las filas socialistas, teniendo en cuenta que una gran coalición con el PP sería impensable, y pacta con Podemos muy difícil por las diferencias políticas que ambos partidos tienen en cuestiones claves, fundamentalmente Cataluña. ¿Y a quién beneficiarían unas nuevas elecciones? En teoría a los mayoritarios. Pero visto lo visto, quién sabe.