Ramón García Cañal (PP) y Antonio Trevín (PSOE) atizaron sin tapujos el miedo a la desestabilización en el debate organizado ayer en el Hotel Barceló por el Colegio de Economistas. El popular advirtió de que Unidos Podemos son "los viejos marxistas de los 70", con un modelo que lleva España a Grecia y Venezuela. Trevín, en la linea socialista de presentarse como el centro que une, llamó a superar la política de bloques y buscar el consenso. "No podemos repetir los años 30", advirtió. Segundo González, de Unidos Podemos, aseguró que "el modelo económico del PP lleva a España al subdesarrollo" y que urge un cambio que "tiene que ser con el PSOE".

Trevín pintó un panorama negro, una España "con un problema serio de desigualdad y pobreza, una hacienda desequilibrada, un modelo económico caduco y una grave desafección ciudadana". Y como guinda, un problema territorial y una absoluta irrelevancia de España en el mundo.

Las medidas socialistas lanzan guiños a dos bandas. Urge "cambiar la fiscalidad de forma radical", porque hay un problema de ingresos. Hay que subir además el impuesto de Sociedades. "Vamos a derogar una reforma laboral que ha desequilibrado la relación entre trabajador y empleador", indicó. El PSOE aboga por un ingreso mínimo vital, con un plan de empleo para parados de larga duración y otro de formación de jóvenes. Para crear un nuevo modelo económico, defendió un plan industrial como el que salvó hace seis años al sector del automóvil, y que ahora salvaría el sector metal-mecánico asturiano. Volvió a ponerse sombrío con el futuro de las pensiones y el agotamiento del fondo del pacto de Toledo, y desdeñó la recuperación pregonada por el PP, que se debe a la bajada del petróleo.

Segundo González indicó por su parte que, el 26-J, los españoles optan por dos modelos. Uno, el del PP, "que ha llevado la deuda a niveles de 1909 y la economía al XIX", con "una competitividad basada en salarios bajos, un Estado de Bienestar mermado y la desigualdad más alta". González se refirió al sistema fiscal español como "un queso Gruyere" que "permite la evasión y las alegrías fiscales", a lo que hay que unir la corrupción, que ha costado 52.000 millones de euros. "Debemos atajar el fraude y la corrupción, y con ello se pueden emprender políticas expansivas". Unidos Podemos quiere "atraer el talento" que se marchó, incrementando la inversión en I+D+i hasta el 3 por ciento del PIB en dos legislaturas. "Hay que competir por arriba, y no por abajo. Hay que estimular la demanda interna y facilitarle la vida a los autónomos y pymes", añadió. También propuso reformar el impuesto de sucesiones. "Nadie puede dejar de cobrar su herencia por no poder pagar un impuesto", dijo.

García Cañal se refugió en el argumento de la herencia recibida y la reciente mejora del empleo. "El PSOE dejó este país al borde de la quiebra. Y los otros señores han asesorado a Chaves y apoyaron a Syriza y así les va a los griegos", describió, anteponiendo estos modelos al "Gobierno de moderación y respeto constitucional" de Rajoy. El PP tuvo que abordar a cara de perro el reto de la crisis, "pero queda mucho que hacer, queremos tener veinte millones de personas trabajando en 2020. Así habrá más recaudación y con ello se podrá fortalecer las políticas de sanidad y servicios sociales, y garantizar las pensiones". Y enumeró medidas como la exención para los contratos indefinidos y por primer empleo, reducir el impuesto de la renta y el de Sociedades para aquellas empresas que reinviertan.

El cabeza de lista por Asturias de Ciudadanos, Ignacio Prendes, llegó tarde por un atasco en la "Y", pero resumió el programa de su partido: "Hay que rescatar a la clase media trabajadora y hacer una reforma laboral, no derogar la que hay, lo que nos retrotraería a los seis millones de parados de Zapatero. Hay que hacer una reforma fiscal seria y posible y luchar contra la corrupción". Y añadió: "Tenemos a un lado el continuismo del PP, que alimenta la desigualdad, y del otro, el populismo antiguo de Pablo Iglesias".