Sin llegar al "ahora o nunca", el número dos de Podemos Íñigo Errejón defendió ayer en Sevilla la urgencia de aprovechar la oportunidad de que sus formación alcance del Gobierno en las elecciones del domingo próximo. "Tiene que ser ahora", afirmó Errejón tras asegurar que recortan distancias con el PP y los adversarios políticos dan claras muestras de nerviosismo por el ascenso de su coalición.

Tras subir al estrado del ritmo de Oliver y Benji, el secretario Político de Podemos apuró los símiles futbolísticos al apuntar que "para nosotros esta es una final en la que se está jugando la soberanía de España contra la soberanía de Panamá". La "única incógnita" que, según Errejón, marca la campaña es si su partido gobernará o no. "Nos estamos disputando con el PP la primera posición", señaló antes de reclamar al PSOE que se defina sobre a quién dará su apoyo.

La exigencia de que los socialistas se pronuncien sobre sus alianzas futuras tras las elecciones es el argumento más reiterado desde Podemos. En una vuelta de tuerca, y ante las posibles dudas, han comenzado a apelar al voto útil de la izquierda. Así lo hizo ayer en San Sebastián el cofundador de la formación, Juan Carlos Monedero, quien reclamó a los "socialistas de corazón" su "voto útil para cambiar el país". También el secretario de Organización de la formación morada, Pablo Echenique, instó ayer a Pedro Sánchez a resolver la disyuntiva entre si apoyará a Unidos Podemos o la del PP. En una invitación abierta al electorado socialistas a que se vuelque hacia Podemos, Echenique advirtió que "a veces para mantener los principios hay que cambiar el voto".

En Tenerife, Mariano Rajoy también pidió ayer que no se disgreguen los apoyos y que vayan al PP. "Os pido ayuda y que le digáis a todos que es muy importante concentrar el voto, que el voto moderado tiene que estar junto porque cuando el voto moderado se divide, se acaban aprovechando los malos, los radicales y los extremistas". "Si dividimos el voto, los escaños los tendrá Podemos", aclaró el número uno del PP por si entre la audiencia quedaba alguna de dónde procede, a su juicio, la gran amenaza política. Horas después, en Gran Canaria, Rajoy alabó al dimisionario ministro Soria -"hemos tenido un magnífico ministro de Turismo, José Manuel Soria"- y achacó a la irresponsabilidad de Pedro Sánchez que el PSOE figure en las encuestas como tercera fuerza política, por detrás de Unidos Podemos.

El aludido se resiste, sin embargo, a los malos presagios de los sondeos y el número uno socialista anunciaba anoche en Valencia que "el cambio está muy cerca", para lo que es necesario un PSOE "fuerte y ganador". Sánchez intervino en una cena-mitin en el exterior del Museo de las Ciencias Príncipe Felipe de Valencia, junto al presidente de la Comunidad Valenciana, Ximo Puig, después de participar en la manifestación del Orgullo Gay. Fue el acto más multitudinario de la campaña, al congregar a más de 3.000 militantes que le han coreado en varias ocasiones. Apelando a que "el socialismo no es resignación y es lucha", pidió "llenar de puños y rosas las urnas" para acabar con el mandato de Mariano Rajoy.

El socio que tanto reclama el favor del PSOE sigue en el punto de mira de Sánchez, quien ayer volvió a reprochar a Pablo Iglesias que pretenda disfrazarse de socialdemócrata después de definirse en otras ocasiones comunista o anticapitalista. "Aunque no use chaqueta, la cambia constantemente", dijo.