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Candidato de Ciudadanos a la Presidencia del Gobierno

Albert Rivera: "Rajoy y Sánchez lo fían todo a ser presidentes y el enroque perjudica al país"

"Me preocupa que el PSOE sea muleta de Podemos en Barcelona; querría creer que irá a un acuerdo moderado, pero no pongo la mano en el fuego"

Rivera habla con dos niñas durante su paseo por Avilés. RICARDO SOLÍS

La cara amable del "centro fuerte" dejó ayer en Avilés un acto de rebeldía contra la irrelevancia de la cuarta fuerza política. Albert Rivera (Barcelona, 1979) se postula como el único aspirante capaz de organizar una mesa de negociación con Mariano Rajoy y Pedro Sánchez que empiece el lunes y no se levante "hasta que haya un acuerdo". Así se presenta el candidato de Ciudadanos como la alternativa "entre susto y muerte", entre la continuidad del PP y el "populismo y el cambio a peor" de Podemos, como el único aspirante capacitado para "desatascar" tendiendo manos a derecha e izquierda.

-¿Cada vez le cuesta más convencer de que no vamos hacia el mismo sitio del que venimos?

-No quiero decir que ya lo dije yo, pero la gente no se equivocó votando. Nos dio a cada uno unos millones de votos para gestionarlos y algunos, Rajoy e Iglesias, pensaron que la polarización y la táctica de buscar escaños iba a sacar a España de ésta, pero por desgracia no estamos en un momento que dependa de quién tiene tres escaños más o menos. El problema es que no tenemos gobierno y sí una amenaza de bloqueo y una obligación de ponernos de acuerdo. Por eso propongo a PSOE y PP que nos comprometamos a sentarnos ya el día 27 a una mesa sin condiciones previas, que en vez de ser un escollo facilitemos un gobierno y sobre todo que los líderes no miremos por el sillón, sino por la nación.

-¿A qué atribuye que las dos únicas fuerzas políticas que fueron capaces de firmar un acuerdo sean en las encuestas la tercera y la cuarta y sin demasiada previsión de mejora?

-Yo todavía creo que muchos españoles van a emitir un voto útil en favor de quienes podemos desatascar esta situación. Pido un voto de confianza, un empujón para poder ser decisivos y sentar en la mesa a los que nunca se sientan. Ciudadanos ha llegado a acuerdos con el PP y con el PSOE, pero ellos han primado los intereses de partido por encima de los de país. España no se encuentra sólo ante un problema, esto también es una oportunidad, y la manera de desactivar los problemas y el populismo como forma de canalizar el cabreo es que el país funcione, se ponga en marcha y se regenere.

-Pero su mensaje no ha calado demasiado a vista de encuesta.

-Hay muchas formas de verlo. Estamos en una polarización tremenda y algunos han pretendido que esta campaña fuera una dicotomía entre susto y muerte, entre que todo siga igual o el populismo y el cambio a peor. Yo creo que hemos hecho un hueco importante. Las encuestas consolidan el centro político, que no existía como partido, y podemos conseguir los mismos o más apoyos que el 20-D.

-¿Cómo casa su pacto antisillones con el veto a Rajoy?

-Es lo mismo. Le puede llamar pacto antisillones o que cuando estemos en el Gobierno no nos llame Bárcenas para cargárselo. Los problemas de los partidos a veces vienen de que algunos piensan más en los sillones que en España. A mí me gustaría estar en un Gobierno para cambiar este país, pero si soy un obstáculo no seré el problema. Me gustaría que estas mismas palabras las pronunciasen Rajoy, Sánchez e Iglesias. De momento, no es el caso, pero seguiré insistiendo.

-¿Ciudadanos estaría más cómodo si pudiese pactar con el PP que viajando en el barco del PSOE?

-La pregunta clave no es con quién, sino para qué. Si vamos a mejorar la educación y la justicia, si vamos a generar empleo estable y de calidad y a luchar decididamente contra la corrupción, lo podemos hacer con el PP, con el PSOE o con ambos. Ahora bien, después de las elecciones habrá que ver quién tiene capacidad para negociar y qué pasa en esos partidos. Si en el PSOE hay cambio de líder, o corrientes que piden un relevo en el PP?

-Ha dicho que para negociar la Mesa del Congreso tuvo que hablar por un teléfono con Rajoy y por otro con Sánchez, porque entre ellos no se hablaban. ¿De verdad les ve capaces de llegar a entenderse?

-La diferencia entre el pacto del Congreso y el no acuerdo del Gobierno es que en aquél no estaban en juego las sillas de Rajoy y Sánchez. A veces hay que saber aceptar las circunstancias y nosotros lo estamos haciendo. En algunas autonomías podríamos haber pedido cargos y no lo hicimos, pensamos que era mejor pedir cambios que sillones.

-¿Están demasiado agarrados a las sillas?

-Tengo la sensación de que Rajoy lo fía todo a seguir siendo presidente a cualquier precio y de que Sánchez lo juega todo al mismo cartucho, pero yo no voy a hacer ninguna propuesta para ser presidente. Hay que saber leer la realidad y ahora la posición enrocada perjudica a España y beneficia a una o dos personas.

-¿Entendería que el PSOE pasase del pacto con Ciudadanos a los brazos de Podemos?

-Ese riesgo existe, y me preocupa ver cómo el PSOE acaba de entrar en el gobierno de Ada Colau en Barcelona. Hay muchos barceloneses y españoles que no entienden por qué el PSOE es la muleta de Podemos, y a mí me gustaría creer que va a cambiar y apostar por un acuerdo moderado, pero no pondría la mano en el fuego. Sería bueno que antes de votar los ciudadanos supieran si el PSOE va a formar parte de un Gobierno con Podemos o se tira hacia un pacto más moderado.

-¿No les pueden decir a ustedes lo mismo, que no aclaran a quién apoyarán?

-Yo sí me he inclinado, he dicho que me importa para qué, no con quién.

-¿Se conforman con un escaño en Asturias?

-Todos los sondeos nos lo aseguran, pero queremos ir a más. Tenemos un gran candidato en Ignacio Prendes. Confío en él como una persona muy capaz, moderada y sensata y la gente está agradeciendo ese perfil.

-Su experto económico Luis Garicano cuestionó en su día la inversión en el AVE. ¿Usted no habría gastado 3.500 millones de euros en agujerear Pajares?

-Lo que no habría hecho es recortar en I+D+i ni en educación. Lo que dijo Garicano, y yo lo comparto, es que de cara a futuras inversiones debemos tener en cuenta el criterio de retorno. Todo lo que está planificado se va a ejecutar, pero en un futuro, cuando haya que hacer infraestructuras, sería importante que supiéramos cuánto cuestan, cómo se mantienen o qué cuota de retorno tienen.

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