Oviedo, Javier CUARTAS

Empresas Reunidas García Rodríguez Hermanos, con sede en Cerdeño (Oviedo), y especializada en la comercialización y venta de automóviles y de maquinaria y equipos para hostelería, prevé acometer un plan de expansión en León, donde ahora tiene una presencia muy reducida, y sopesa otros proyectos de futuro.

La compañía, de propiedad familiar, procederá también a una remodelación consensuada de su consejo de administración una vez que Manuel García Arenas (Oviedo, 1968) acaba de asumir la presidencia en sustitución de Severino García Vigón (La Güeria, 1941), quien llevaba 44 años vinculado al grupo como gerente, primero; consejero delegado, después, y presidente durante más de diez años. García Vigón, ajeno a la familia propietaria del grupo, y presidente de la patronal FADE y de la Cámara de Comercio de Oviedo, continuará con sus propias empresas (Enastur, Gas del Oriente y Hotel Silvota), que gestiona con sus hijos.

El nuevo presidente de García Rodríguez Hermanos, Manuel García Arenas, miembro de la tercera generación de la dinastía, proseguirá como consejero delegado del grupo, cargo que ocupa desde 2001. El consejo creará una vicepresidencia, que ocupará Alejandro García Villanueva, primo del anterior. El grupo, que tradicionalmente ha contado con consejeros externos, pretende incorporar algún nuevo vocal independiente. En la sociedad participan miembros de la segunda, de la tercera y de la cuarta generación de la familia.

El cambio en la presidencia se ha planteado como una «sucesión natural» de García Vigón, de 71 años, en un plan que se venía diseñando desde hace tiempo y que, aunque ya es efectivo, se está formalizando estos días, aseguraron ambas partes. García Rodríguez Hermanos integra diez sociedades y tiene unos 260 empleos. En el ámbito de la automoción, es el mayor empleador en Asturias (aunque ha reducido plantilla, a causa de la crisis, como el conjunto del sector) y es, por cifra de negocio (88 millones de facturación en 2011), el 45º distribuidor de automóviles más relevante de España.

Con concesionarios de Fiat, Fiat Vehículos Comerciales, Lancia, Alfa Romeo, Abarth, Hyundai, KIA, Nissan, Infinity y Jeep en Oviedo, Gijón, Avilés y Mieres, y de Nissan en León, el grupo tiene una cuota de mercado en Asturias del 14,28%, con unas ventas de más de 2.200 vehículos en 2012, tras sufrir un retroceso del 30% desde los máximos previos a la crisis frente a una caída media del sector del 70%.

En el mercado leonés, la presencia del grupo es más minoritaria, con una posición del 5% de cuota de mercado en la provincia. Entre los planes inmediatos del grupo figura fortalecer la expansión en León con más concesionarios y marcas.

En el caso de la división de instalaciones, equipos y maquinaria para hostelería (actividad en la que el grupo está presente desde hace más de 40 años y que ahora gestiona Ana García Arenas), la actividad la desarrolla sólo en Asturias.

Manuel García Arenas, de 44 años, licenciado en Derecho y en Ciencias Económicas y Empresariales por ICADE, máster en contabilidad financiera por la Universidad de California (UCLA), gestor administrativo titulado y MBA por el Instituto de Empresa, es miembro de los comités ejecutivos de la patronal asturiana (FADE), de la Cámara de Comercio de Oviedo y de la patronal española del sector metalúrgico (Confemetal) y patrono de la Fundación Confemetal. Desde septiembre de 2008 es presidente de la patronal sectorial ASPA (Asociación del Automóvil del Principado de Asturias) y desde noviembre de 2011 preside la patronal sectorial nacional CETRAA (Confederación Española de Talleres de Reparación de Automóviles y Afines), de la que ya había sido vicepresidente desde septiembre de 2008.

El grupo García Rodríguez arranca en 1929 en el sector del transporte de viajeros, de cuya actividad se desprendió la familia en los años ochenta. Con origen en el municipio de Las Regueras, la dinastía había diversificado su actividad en 1956 con distribución de gas, venta de electrodomésticos, equipos para hostelería y comercialización de vehículos y en las últimas décadas acabó especializándose en estas dos últimas ramas de negocio.

El sector de la automoción está ahora pendiente de que el Gobierno prolongue o no el plan PIVE (ayuda a la renovación del parque automovilístico) y, en el caso de Asturias, del desbloqueo de la negociación del convenio colectivo.