El grupo asturiano TSK, inmerso en un ambicioso plan de expansión internacional que le ha llevado a las primeras posiciones del mercado, se ha convertido en un importante caladero de empleo para los ingenieros. La empresa que preside Sabino García Vallina necesitará 200 de estos profesionales de aquí a 2016 para cubrir sus necesidades en el ámbito internacional, donde se sitúa en este momento el 85% de su negocio. José María González, presidente de Ingemas, la empresa que desarrolla desde la actividad de consultoría y diseño hasta la construcción y puesta en marcha de plantas industriales llave en mano en el grupo TSK, desgranó en el Aula Magna de la Politécnica las necesidades del grupo para los tres próximos años. El aforo del recinto se quedó pequeño, con colas en los pasillos para acceder a la sala, pues la empresa había anunciado que recogería los currículos de todos aquellos que acudieran, con o sin experiencia laboral previa.

González explicó que la ampliación de las instalaciones que actualmente tienen en el Parque Científico y Tecnológico de Cabueñes les permitirá crear en el plazo de tres o cuatro años otros 200 puestos de trabajo, que se suman a los 380 ya afianzados desde su traslado en 2007 a este espacio. «Si seguimos la senda actual seguiremos creciendo. Es una buena noticia tal como está el mercado pero lo conseguimos todo fuera», avanzó el directivo, adelantándose así a la disposición que deberían mostrar los futuros candidatos para la movilidad internacional. Y en ese camino, «lo que necesitamos fundamentalmente son ingenieros», subrayó González.

La línea del grupo TSK es abrir oficinas locales en los lugares donde se desarrollan proyectos para relacionarse más fácilmente con el entorno. En la actualidad están presentes en más de 50 países de cuatro continentes. «Sin nuestros recursos humanos no sería posible alcanzar los niveles de implantación y éxito del grupo», señaló González sobre su expansiva trayectoria.

Con estas expectativas y el ofrecimiento a recoger candidaturas espontáneas en las aulas de la Politécnica no es de extrañar que el recinto señalado para la conferencia se llenara hasta la bandera. Tanto es así que durante casi hora y media decenas de estudiantes esperaron en los pasillos del centro para poder entregar su currículo, un trámite que finalmente lograron completar más de 200 personas. El director de la Politécnica, Hilario López, reconoció que es necesario «hacer más investigación aplicada», pero advirtió de que se sienten «infrautilizados» y «queremos ser más útiles para las empresas». Ante este ofrecimiento, el responsable de TSK instó a los futuros ingenieros y recién titulados que «debéis practicar algunas habilidades antes de llegar al mundo profesional». Fue tras plantear la necesidad de que los próximos trabajadores del grupo deberán mostrar una cierta predisposición para viajar y manejar, al menos, la lengua inglesa.