«Paciencia y perseverancia». Ésas fueron las recetas que ayer sugirió el presidente de Alsa en China, Andrés Cosmen, durante la presentación de un libro sobre la ejecutoria de la compañía asturiana. La compañía lleva instalada en China 29 años, donde factura unos 260 millones de euros, da trabajo a más de 8.000 personas y opera 167 líneas en 18 de las 33 provincias chinas, expuso Andrés Cosmen.

Economistas y expertos que participaron en la presentación del libro, editado por la Fundación Valdés Salas, destacaron el trabajo de la compañía para conseguir establecerse y crecer en el país asiático y resaltaron las grandes posibilidades de negocio que presenta China para las empresas asturianas. El grupo de transportes ya piensa en continuar su expansión, sobre todo hacia el oeste del país, donde apenas cuenta con líneas ahora.

Los catedráticos de Economía de la Universidad de Oviedo Esteban García Canal y Joaquín Ocampo hicieron un repaso de la historia de la compañía y de cómo Alsa llegó a dar el salto a China. «La lección que podemos aprender es que desde Asturias se puede emprender hacia cualquier lugar, aunque las condiciones no sean las adecuadas; las recetas son sencillas pero a veces difíciles de aplicar», expuso García Canal.

En el acto también participaron el economista asturiano y presidente de la Fundación Valdés Salas, Juan Velarde, quien aseguró que conseguir los éxitos que ha tenido la familia Cosmen indica que hay una «capacidad empresarial por encima de lo corriente».

Andrés Cosmen explicó lo complicado que resulta vender en China. Entre las anécdotas que relató aseguró que un empresario local les copió literalmente el diseño de sus autobuses, pero les añadió literas.