Durante las vacaciones de Semana Santa los niños españoles han pasado más tiempo pegados al móvil que haciendo deporte, según un estudio realizado por Ertheo, una consultora especialista en educación y deporte.

El estudio reflejó que el 59% de los niños menores de 6 años utiliza el móvil hasta 30 minutos al día, dato que se agrava con el 47% de los menores de este grupo de edad realizando menos de 4 horas de actividades deportivas a la semana. Por otro lado, también evidenció que el 27% de los niños menores de 17 años utiliza el móvil más de dos horas al día y el 10% lo usa más de cuatro. Esta cifra contrasta con el tiempo que dedican a la práctica deportiva, que supone también menos de cuatro horas semanales.

No recomendables para menores de 12 años. Aunque no está clara la edad a la que deben recibir su primer teléfono, ya que en eso influyen las circunstancias propias y el contexto de cada situación, la Academia Americana de Pediatría y la Sociedad Canadiense de Pediatría han publicado un decálogo de razones por las que los menores de 12 años no deben tener un smartphone. Entre las principales razones se encuentran el riesgo de adicción (los niños que abusan del teléfono son más propensos a separarse de su entorno familiar y social), alteraciones del sueño (el uso de estos aparatos, en especial después de la cena, contribuye a generar problemas de sueño en los niños, lo que a su vez tendrá influencia en el rendimiento escolar posterior), enfermedades mentales (el consumo excesivo de nuevas tecnologías está aumentando los problemas de déficit de atención, trastorno bipolar y ansiedad infantil), desarrollo cerebral (la exposición excesiva a aparatos electrónicos puede desembocar en problemas de aprendizaje, falta de autocontrol e incluso retrasos cognitivos) y obesidad infantil (abusar de los dispositivos electrónicos provoca un problema de sedentarismo vinculado a dolencias cardiovasculares futuras y diabetes), retraso en el desarrollo (el abuso del móvil genera problemas en la capacidad de atención del niño, que puede sufrir problemas de rendimiento académico), radiación (para la Organización Mundial de la Salud, los móviles son objetos con riesgo de emitir radiaciones, y los niños son más sensibles a ellas), déficit de atención (la concentración y la memoria se resienten en todos los individuos por el abuso de los aparatos electrónicos, pero el cerebro del niño, aún en formación, se resiente más), así como conductas agresivas.