Aliadas, siempre y cuando se sepan utilizar. Las nuevas tecnologías abren nuevos caminos a la enseñanza permitiendo aprender con formatos más atractivos y eficientes. Sin embargo, los profesores advierten de que hay un lado negativo ligado a la denominada "era digital": alumnos con una reducida capacidad de atención y una excesiva dependencia de Internet. Por todo ello, la gestión eficaz e inteligente de esas ayudas se convierte en un factor clave para facilitar la tarea a los estudiantes. Esta gestión inteligente tiene sus principales aplicaciones en lo siguientes aspectos:

Aprendizaje de idiomas. Internet y los formatos multimedia pueden ayudar de muchas formas en la enseñanza y el perfeccionamiento de idiomas. Además de las webs de ejercicios on-line que ofrecen mejoras inmediatas en el rendimiento de los alumnos, también abren un nuevo mundo de recursos audiovisuales: podcast, libros o vídeos subtitulados permiten ampliar el vocabulario de forma entretenida. Por otro lado, muchas páginas online crean la opción de conversar con nativos a través de videochats. Plataformas como Italki, Verbling o Coeffee Learning permiten interactuar a los alumnos con material y estudiantes de todo el mundo.

Aplicaciones educativas. Las aplicaciones para ordenadores, tabletas y móviles que se apoyan en técnicas como la visualización, los modelos y las simulaciones, son herramientas muy efectivas para el aprendizaje y la asimilación de conceptos científicos, especialmente en matemáticas y física. Cuestiones como la incertidumbre, el cambio, la evolución de datos o las relaciones espaciales son más comprensibles con estas herramientas. Unos ejemplos son SimCalc o Geogebra.

Herramientas multimedia. Conceptos difíciles de visualizar en libros de texto pueden ser explicados de forma más fácil gracias al uso de vídeos y animaciones. Cada vez más profesores utilizan vídeos para hacer públicas lecciones que podrán ser utilizadas como recurso y apoyo a estudiantes. Youtube.edu, Tareasplus o Lasmatemáticas.es son algunos ejemplos.

Uso de buscadores. En la última década, la tecnología ha cambiado la forma en la que los escolares se relacionan con la información. La utilización de buscadores se ha generalizado en prácticamente todos los niveles educativos, lo que implica efectos positivos y negativos. Por un lado, los profesores señalan que los alumnos son cada vez más autónomos en la búsqueda de la información, además de tener fácil acceso a grandes cantidades de datos que les permiten profundizar en las materias. En el lado negativo, los docentes señalan que las nuevas generaciones tienen una capacidad de atención bastante reducida que está desarrollando una excesiva dependencia de la tecnología.

Comunicación y foros. El impacto de los nuevos canales de comunicación no sólo se refleja en los contenidos, sino en la forma en la que alumnos, padres y profesores se relacionan. Cada vez más centros disponen de plataformas que facilitan la comunicación entre hogares y docentes y permiten un intercambio de ideas más fluido y un seguimiento más cercano de la evolución de los estudiantes. Basecamp y Edmodo son dos de los más populares.

Cursos on-line. Además de los videoblogs, educadores y especialistas se benefician de espacios online para impartir materias y cursos de especialización. La Universidad de Harvard, por ejemplo, ofrece, en colaboración con la plataforma educativa edX 86, cursos online de entre 6 y 8 semanas con la posibilidad de obtener un certificado. Asimismo, la web del Instituto Tecnológico de Massachusetts, MIT Open Course, presenta gran cantidad de cursos interactivos en distintas materias, algunos de ellos traducidos al español.

La nueva realidad: el código, El pasado año Reino Unido introdujo en todo su sistema educativo la formación obligatoria en programación en código para niños entre 5 y 16 años. Estonia -uno de los sistemas educativos mejor considerados del mundo- ya lo hizo años atrás y otras autoridades, como el estado de Nueva York, planean implantarlo en los próximos años. Además, mejorar la alfabetización digital es el uno de los siete pilares de la Agenda Digital Europea. Las tecnologías de la información y la comunicación se han convertido en una de las principales salidas laborales y los estudiantes con una mejor base tendrán grandes ventajas a la hora de incorporarse al mercado de trabajo.