Madrid / Nuadibú

Los 372 inmigrantes asiáticos y subsaharianos que se hallaban a bordo del buque «Marine I», que ayer fueron desembarcados en el puerto mauritano de Nuadibú, tras diez días de negociaciones, están recibiendo atención médica y sanitaria antes de ser identificados para proceder después a su repatriación.

Los inmigrantes, que estuvieron más de dos meses de travesía y una semana varados frente a las costas mauritanas, están evacuando el barco de manera ordenada y en grupos de 20, por lo que, a este ritmo, todos «podrían estar en tierra en unas cinco horas» (sobre las 23 horas), explicó el jefe de coordinación para África de Cruz Roja, Jaime Bara.

También el gobernador de Nuadibú, Yahya Uld Mohamed Vall, dijo que tanto el desembarco de los inmigrantes como la asistencia médica y las labores de identificación se están desarrollando con normalidad y señaló que las autoridades mauritanas esperaban que las repatriaciones comenzarán ayer mismo.

Tres aviones españoles se encuentran ya en el aeropuerto de Nuadibú para repatriar a los inmigrantes una vez que concluya su identificación, en la que colaboran diplomáticos de la India, Pakistán y Guinea Conakry.

El desembarco fue permitido por las autoridades de Mauritania tras las intensas negociaciones celebradas durante los últimos días en virtud de las cuales el Gobierno español se encargará de todas las repatriaciones. La operación de desembarco comenzó con los diecisiete inmigrantes que se encontraban en peor estado de salud, que fueron atendidos de inmediato por la Cruz Roja en un hospital instalado en el puerto.

Por otra parte, al menos 1.100 senegaleses murieron el año pasado mientras trataban de ganar por mar las costas canarias, según la Fundación CEAR, dependiente de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado, que cree seguro que la cantidad fue mayor.