El líder del PP, Mariano Rajoy, afirmó ayer que el recién nombrado Gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero es «continuista» tanto en nombres como en políticas. Rajoy señaló que esta vez espera que el Gobierno no «equivoque las prioridades» y se ocupe «de las necesidades reales de los ciudadanos»; en caso contrario, advirtió, exigirá responsabilidades.

En este sentido, subrayó que el Gobierno debe ocuparse de atender las «economías familiares» y asuntos como los precios, las hipotecas y el empleo y su estabilidad, así como la inmigración y la seguridad ciudadana.

Resaltó, así, que la economía española atraviesa una situación de «incertidumbre» y que las medidas de Zapatero «no sirven para resolver los problemas ni para generar confianza», por lo que el PP presentará antes del verano un conjunto de medidas basadas en bajar los impuestos de sociedades y sobre la renta para afrontar la crisis y atender las economías familiares.

No obstante, el presidente del PP reiteró que su partido cumplirá con su obligación constitucional de controlar al Gobierno y dijo en «un país civilizado y una democracia avanzada» tiene que haber acuerdo de los partidos nacionales sobre ciertas cuestiones.

Destacó, entonces, su deseo de que ésta sea una legislatura en la que se hable de opiniones y de formas distintas de ver las cosas, aunque quiere «que en los grandes asuntos se produzcan acuerdos».

Por su parte, el coordinador general de Izquierda Unida (IU), Gaspar Llamazares, señaló que los cambios en el Gobierno suponen «la expresión de un giro hacia el centro derecha» y lamentó que el presidente del Ejecutivo, José Luis Rodríguez Zapatero, dé prioridad a la economía y a la industria por encima de las políticas sociales y laborales de la anterior legislatura.

Viene de la página anterior