Madrid

El presidente del Congreso, José Bono, afirmó ayer ante el juez de la Audiencia Nacional Fernando Grande-Marlaska que el avión Yak-42 que se estrelló en 2003 causando la muerte de 62 militares españoles no debió realizar el vuelo porque no reunía las condiciones de seguridad necesarias y que la cúpula militar del Ministerio de Defensa conocía las quejas antes de que éste tuviera lugar, según fuentes jurídicas.

El ex ministro de Defensa, que compareció durante dos horas y media ante el juez y se reunió durante diez minutos con familiares de las víctimas, declaró a las puertas de la Audiencia que había acudido al tribunal «por respeto a la justicia y a la memoria de los que murieron», aunque no quiso dar detalles de su declaración.

Bono acudió a la Audiencia para comparecer como testigo en la causa que instruye el Juzgado central de Instrucción número 3 para esclarecer las irregularidades que pudieron producirse en la contratación del aparato, que se estrelló el 26 de mayo de 2003 en Turquía.