Madrid

El Consejo de Seguridad Nuclear ha reclasificado el suceso ocurrido en la central nuclear de Ascó (Tarragona) en noviembre pasado y ha elevado el nivel del mismo hasta el 2 (incidente), de acuerdo a la escala internacional que mide este tipo de incidentes.

Aunque los nuevos datos apuntan que el impacto radiológico sobre la población y sobre los trabajadores de la central nuclear sigue estando por debajo de los límites legales, la empresa va a realizar mediciones de radiactividad a todas las personas que han pasado por el emplazamiento desde el pasado 28 de noviembre (entre 700 y 800 personas).

No obstante, el organismo que vela por la seguridad nuclear en España ha insistido en que no existe riesgo para la población, aunque los datos disponibles indican que el vertido fue superior al inicialmente estimado por la dirección de la central.

La escala internacional INES abarca desde el 0 (sin significación para la seguridad) hasta el 7 (accidente grave), y el 2 está considerado como un «incidente'.

Además, el Consejo de Seguridad Nuclear está trabajando en la apertura de un expediente sancionador al titular y le exigirá que se depuren responsabilidades.

La reclasificación (estaba en el nivel 1) del suceso, informó el CSN, se ha debido al inadecuado control del material radiactivo y por proporcionar información «incompleta y deficiente» al organismo regulador. Para esclarecer todos los detalles del suceso de vertido de material radiactivo en áreas exteriores a la central, el CSN pidió al titular de la central que presente información detallada de numerosos aspectos.

Reclamó además un análisis del comportamiento de los sistemas de vigilancia de la radiación y una estimación de la actividad total vertida.

Esta información, que llegó ayer a la sede del Consejo, ha confirmado el origen (ventilación del edificio de combustible) y la naturaleza del vertido (partículas metálicas de activación).