Ferrol

El cabo primero de la Armada Jorge Miguel Gago sostuvo ayer que el accidente mortal en la sala de calderas de la fragata «Extremadura» que acabó con la vida de dos marineros el 19 de diciembre de 2005 «pudo haberse evitado» y acusó a sus superiores de «negligencia».

Gago se ratificó en su primer testimonio ante el juez instructor del tribunal togado militar que se ocupa de las diligencias previas del caso, después de que la familia de los marineros Erik Noval y Francisco Pérez Castrillón interpusieran una denuncia.

Gago sostiene que la noche del siniestro alertó «hasta en seis ocasiones» a sus superiores del nivel de contaminación en la sala de calderas, donde llevaba cuatro años trabajando, con niveles de cloro entre «11 y 12 en popa y proa, cuando el máximo es 1,6».