Oviedo, Javier NEIRA

El Tribunal Constitucional avanza criterios sobre el recurrido Estatuto de Cataluña. Según el diario «La Vanguardia», ya se ha producido el primer debate donde, aunque sin votación, se ha decidido que Cataluña es una nación, como recoge el Estatuto, pero considera que tal definición no tiene efectos jurídicos. Asimismo, prevé excluir la bilateralidad en la relación entre el Estado español y la comunidad autónoma catalana. LA NUEVA ESPAÑA ha recabado la opinión de seis destacados asturianos. Desde distintas perspectivas y valoraciones, prácticamente coinciden en que Cataluña no es una nación política porque la Constitución sólo habla de la nación española y consideran que la bilateralidad no es sostenible en el marco constitucional.

FRANCISCO LLERA, catedrático de Ciencia Política en la Universidad del País Vasco: «Una sentencia así sería coherente con la Constitución. La bilateralidad equivale a considerar a una comunidad autónoma igual que al Estado y no es así. Se ha desarrollado la sensibilidad hacia las diferencias pero no la filosofía de la cooperación. En cuanto a la nación, la situación es esquizofrénica. Parece una frivolidad de políticos, sobre todo de los nacionalistas, pero la mayor parte de la población no tiene esa perspectiva. En España todos somos duales, con más o menos acentos, pero sin sustituir a la nación española. Los políticos crean problemas donde no los hay».

SILVINO LANTERO, inspector de Educación: «Si la sentencia es como se indica, si va en esa línea, si se confirma, es la peor noticia para España en doscientos años. La nación étnica y cultural, que se remonta a los Reyes Católicos, a los tiempos del descubrimiento de América, a los fundamentos cristianos, y que está en la base de la guerra de la Independencia, sencillamente se esfuma. No caben dos naciones en un mismo territorio. El PSOE tiene mucha responsabilidad en esto porque fue quien más apoyó el Estatut, incluyendo a gente como Bono, que se declara tan español. Pero el PP también. Ha sido incoherente al permitir los estatutos de la Comunidad Valenciana y de Andalucía, que iban en la línea catalana».

GUSTAVO BUENO, filósofo: «Lo de siempre. Si no tiene efectos jurídicos la palabra nación ¿para qué está en el preámbulo del Estatuto? Si se trata de una nación cultural, excluye a más de la mitad de la población catalana. Si política, no es aceptable porque no cabe en la Constitución. Claro que peor es lo que acaba de ocurrir en Baleares, donde han prohibido el español. La clave es el idioma español. Esta filtración, este rumor, demuestra la debilidad del Tribunal Constitucional. Es una estrategia general, el parque nacional de Covadonga pasa a parque natural. Es sólo cosa de los Picos y los Lagos. Como si Covadonga fuese apenas un accidente geográfico».

JOSÉ MARÍA FERNÁNDEZ, abogado: «Cualquier constitucionalista sabe que una Constitución no define lo que es un metro o un adjetivo ni, por lo mismo, qué es una nación cultural. Si el Estatuto catalán o el Tribunal Constitucional se meten por ahí, hacen algo que no es constitucional. No tiene sentido. Indica poca seriedad. Por otra parte, es de temer lo que se llama técnicamente una mutación constitucional, de manera que sin cambiar el texto se hace otra cosa incluso contraria al texto constitucional. La Constitución sólo habla de nación política, que es la que se da a sí misma la Constitución. Y punto».

ALICIA F. DEL CASTILLO, abogada: «refrendar la constitucionalidad del término nación, aplicado a Cataluña, diciendo que está sólo en el preámbulo del Estatut y no tiene valor normativo es confuso y no resuelve el problema. Y la bilateralidad es manifiestamente anticonstitucional. Una relación privilegiada va contra el principio de solidaridad. Dan una de cal y otra de arena y no resuelven el problema. Reconocen la nación aunque sin eficacia jurídica y no aceptan la bilateralidad. Vamos, dejan la puerta abierta para que continúe el problema».

JOAQUÍN VARELA, catedrático de Derecho Constitucional: «A lo que se ve, aceptan la nación en el preámbulo del Estatuto que, digan lo que digan, sí tiene efectos jurídicos. El preámbulo es hermenéutico, es interpretativo de la filosofía del texto. La Constitución habla de una sola nación y en ella, nacionalidades y regiones. En cuanto a la bilateralidad, el Estatuto, aun rebajado en las Cortes, es confederal o al menos tiene resquicios confederales. Cataluña fija competencias al Estado. Y eso va contra la Constitución. El Estatuto blinda competencias. Y eso no lo puede hacer. No puede decirle a la ley general de Presupuestos qué porcentaje le corresponde. Eso va a ser recortado. Es de prever asimismo una sentencia interpretativa en la que se diga que tal artículo es conforme a la Constitución si se interpreta de tal manera. Como hay más de doscientos preceptos, iremos a un verdadero disparate, habrá que añadir la jurisprudencia del Tribunal Constitucional a cada uno y eso complicará aún más las cosas».

«En España todos somos duales, pero sin sustituir a la nación española»

«Si se confirma la sentencia, es la peor noticia para España en doscientos años»

«La Constitución sólo habla de nación política, que es la que se da a sí misma la Constitución»

«La bilateralidad es manifiestamente anticonstitucional»

«Si no tiene efectos jurídicos la palabra nación ¿para qué está en el Estatuto?»

«El preámbulo del Estatuto, digan lo que digan, sí tiene efectos jurídicos»