Barcelona

El Tribunal Constitucional acepta que Cataluña se defina como nación sin efectos jurídicos en el Estatut, según adelantó ayer «La Vanguardia». La condición es que se excluya la bilateralidad en la relaciones con el Estado. Esta es la conclusión del primer debate sin votación en el TC sobre el recurso del PP contra la única reforma estatutaria de la pasada legislatura que no contó con el apoyo de los dos grandes partidos.

El párrafo donde se define a Cataluña como nación se encuentra en el preámbulo del texto. Para salvar problemas de constitucionalidad, el precepto fue cambiado durante la tramitación parlamentaria del proyecto, variando la afirmación inicial de que Cataluña es una nación.

En lugar de ello, se utilizó la fórmula indirecta de citar que el Parlament, recogiendo el sentimiento y la voluntad de la ciudadanía, «ha definido» a Cataluña «como nación». El Estatut añade a renglón seguido que la Constitución reconoce esa «realidad nacional» catalana como «nacionalidad». La declaración del Parlament, por tanto, quedó enmarcada en el artículo segundo de la Constitución, que establece indisoluble unidad de España.

La condición para que el uso del término nación supere el examen del alto tribunal es que quede muy claro en la sentencia que tal declaración carece de todo efecto jurídico, destaca el diario catalán.

Según «La Vanguardia», el TC se acogería, además, a su doctrina sobre la falta de valor normativo de los preámbulos de las leyes. Aun así, el texto cuenta con la oposición de la mayor parte del sector conservador. En contra estarían cinco magistrados: Javier Delgado, Jorge Rodríguez-Zapata, Roberto García-Calvo, Vicente Conde y Ramón Rodríguez Arribas.

Tras los primeros debates, en «La Vanguardia» se da por muy probable que la aceptación del término nación, con esas acotaciones, tenga el voto de los magistrados Eugeni Gay, Manuel Aragón, Elisa Pérez Vera, Pascual Sala, y el de la presidenta del TC, María Emilia Casas. El periódico catalán reconoce que es incierto el voto del vicepresidente Guillermo Jiménez, que rompería el empate.

El contenido final de la sentencia dependerá de los matices y contrapesos que enmarquen la aceptación del término nación referido a Cataluña en el Estatut. «La Vanguardia» afirma que la sentencia será votada globalmente, y el uso de dicho concepto puede ser compensado con la exclusión de la bilateralidad en las relaciones entre el Estado y la Generalitat. Es decir, el término «nación» podría ser constitucional siempre que no suponga una relación privilegiada de Cataluña con el Estado, sobre todo en lo relativo al sistema de financiación.

La presidenta Casas busca, antes de irse, devolver el prestigio al tribunal y dejar claro que es capaz de resistir a los envites políticos motivados por la reforma catalana. La presidenta intenta acelerar el debate, que se centra ya en el articulado del Estatut. El TC trabaja sobre la base de propuesta de la ponente de la resolución, Elisa Pérez Vera.