Madrid

El ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, se mostró ayer tajante sobre la polémica propuesta de la Unión Europea para la repatriación de inmigrantes clandestinos: «Si somos laxos con la inmigración ilegal, la avalancha no hay quien la pare».

De este modo defendía el apoyo de España a la nueva directiva de los Veintisiete, asegurando que de aprobarse la propuesta, por la que se aumentaría el plazo de internamiento de indocumentados a seis meses, «no habrá un recorte de los derechos de los inmigrantes», sino que permitirá «superar obstáculos en el procedimiento».

La UE fue incapaz de ponerse de acuerdo sobre la directiva, que será analizada en la próxima semana. España figuraba en el grupo de los países «blandos», que se oponía a las medidas más «duras», procedentes de Francia, Reino Unido e Italia.

En declaraciones a la cadena SER, Rubalcaba aseguró que las repatriaciones constituyen una de las «decisiones más difíciles que toma un ministro del Interior». «La noche que sale un vuelo de Canarias a un país de África, esa noche no se duerme bien, porque uno piensa en la gente que se ha jugado la vida y que tiene que volver», aseguró. En este sentido, abogó por lanzar «un mensaje a África» que consiste en decir a sus jóvenes que si quieren venir a trabajar a España hay «condiciones legales» para hacerlo, pero que si lo hacen ilegalmente van a ser devueltos, informa «OTR/Press».

Pero a pesar de la dureza de este sistema, Rubalcaba lo defendió, porque, a su juicio, hay que ser duros con la inmigración ilegal para no potenciar a las mafias. Además, cree que se evita «un efecto llamada». En cualquier caso, recordó que este Gobierno ya dijo «desde un principio» que iba a ser «estricto con la inmigración ilegal», como, a su juicio, así lo atestiguan las cifras de repatriaciones, que en la pasada legislatura fueron «mayores» que las de los gobiernos del PP, que mantuvieron una «retórica más dura», pero una práctica «más laxa».

Durante su intervención, el ministro del Interior explicó que su intención es que los estados miembros se pongan de acuerdo «sobre unos mínimos» en materia de inmigración.

Concretamente, la intención de los Veintisiete es aumentar el plazo de internamiento de los extranjeros indocumentados a los seis meses, un período que ahora está establecido en 40 días.

En este sentido, Rubalcaba quiere que se tenga en cuenta que hay «países como España donde todo está muy regulado, con derechos perfectamente establecidos y cada paso regulado y judicializado», y otros países con «ninguna regulación». De esta manera, subrayó, estos «mínimos» no van a «obligar» a los países que van «más allá», sino que va a dar «derechos donde no los había».

Mientras, la baja presión migratoria de los últimos meses ha permitido que el centro de estancia temporal de inmigrantes de Ceuta tenga una ocupación por debajo del 80 por ciento, frente a la tendencia habitual, que hacía que las instalaciones estuvieran llenas.

El recinto está habilitado para unas 512 plazas y en la actualidad la cifra de acogidos se aproxima a las 400 personas, informa «Efe».