Cuatro personas han resultado heridas como consecuencia de la explosión, sin que su vida corra peligro, y en el momento del atentado, según ha explicado el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, estaban en la casa cuartel 29 personas, entre ellas cinco niños.

ETA ha intentado una "masacre", tal y como ha señalado el ministro, que se ha desplazado primero al lugar del atentado, luego a los hospitales de Vitoria donde están ingresados los heridos y más tarde a la Delegación del Gobierno, donde se ha reunido con el consejero de Interior del Gobierno Vasco en el País Vasco, Javier Balza.

De los cuatro heridos, tres permanecen en los hospitales de Santiago y Txagorritxu, en Vitoria, mientras que la cuarta persona ha sido ya dada de alta.

Uno de los heridos quedó sepultado entre los escombros del cuartel, que ha sufrido importantes daños materiales debido a la potencia del artefacto, que los terroristas hicieron explotar sin previo aviso. No hubo llamada para alertar de su colocación.

Los terroristas han actuado de forma similar al atentado de Durango: llegaron en dos coches, dejaron uno cargado con los explosivos y huyeron en el otro, que ha sido hallado en el puerto de Urkiola.

El coche en el que huyeron -un Peugeot 306, matrícula BI2122-BY, que fue robado el pasado 14 de abril- tenía un dispositivo incendiario compuesto por dos garrafas de gasolina y un temporizador, que fue desactivado por los artificieros.

Los expertos antiterroristas atribuyen al "comando Vizcaya", el más activo desde el fin de la tregua en diciembre de 2006, la autoría del atentado en el que ETA podría haber utilizado cerca de 300 kilos de explosivos, según apuntan las estimaciones iniciales.

Es la principal hipótesis con la que trabajan los investigadores tras analizar la forma de actuar de los terroristas y la ruta seguida en su huida.

Un grupo de terroristas integrado por los "liberados" -a sueldo de la banda- Jurdan Martitegi y Arkaitz Goikoetxea, y por al menos dos 'taldes" de apoyo de colaboradores 'legales" -no fichados por las fuerzas de seguridad-.

ETA cuenta en el País Vasco con "una infraestructura que preocupa y que va a costar desmantelar", conformada por un grupo "potente de legales (no fichados por la policía), que sirve de base a los liberados (a sueldo de ETA)", según ha dicho hoy el consejero vasco de Interior, Javier Balza, tras reunirse con Rubalcaba.

Balza también ha dicho que los terroristas pudieran ser los mismos que atentaron contra los cuarteles de la Guardia Civil de Durango (Vizcaya) y de Calahorra (La Rioja).

El consejero ha precisado que "más que hablar de un comando numeroso, distinguiría entre lo que es una infraestructura potente de legales", que da cobertura a "un menor número de liberados".

Según el análisis de estos atentados y de los anteriores, según el consejero, "la infraestructura que sirve de base a los liberados que pueden estar actuando es potente y les permite cometer una serie de atentados numerosos".

Juan Manuel Piñuel Villalón, que había sido recientemente destinado a Legutiano, es la segunda víctima mortal de ETA en el año 2008 y la primera en esta legislatura.

Desde que comenzó el año ETA ha perpetrado trece atentados terroristas, de los cuales en siete, como el de hoy, no ha avisado y en el resto sí lo hizo, aunque en uno de ellos el aviso llegó tarde.

La explosión de esta madrugada sorprendió al agente cuando estaba alertando por teléfono al Centro Operativo de Seguridad (COS) de Vitoria de la presencia de una furgoneta sospechosa junto a la casa cuartel, según han señalado a Efe fuentes de la investigación.

En el momento de la explosión, a las 2:58 horas, Piñuel estaba hablando con el COS para que comprobara la matrícula del vehículo.

La llamada se cortó y minutos después otro agente del mismo acuartelamiento telefoneó al COS para comunicar que había tenido lugar un atentado.

Piñuel, de 41 años, era hijo de un militar, estaba casado y tenía un hijo. EFE