Oviedo, J. CASADO

Pedro Arriola (Sevilla, 1948) es el marido de Celia Villalobos, que fue alcaldesa popular de Málaga y polémica ministra de Sanidad cuando las «vacas locas». Con ella tiene tres hijos y ha compartido la carrera política, a veces a costa de largas separaciones.

Partidario de la penumbra, se ha publicado poco sobre él. Luis Herrero escribió en «El poder Popular», un libro de 1996, que estuvo en la cárcel en 1969 por su militancia de izquierdas, pero en cuanto llegó la democracia, con su licenciatura en Económicas por la Universidad de Málaga y la de Políticas por Madrid, dio un salto de la expansión de UGT a la creación de la CEOE.

Arriola fundó junto a Fabián Márquez la Asesoría Gades, desde la que trabajaron para la patronal en la firma de convenios colectivos. Esos años le acercaron mucho a quien fuera su longevo presidente, José María Cuevas.

Se cita como fecha de inicio de su relación con el Partido Popular la de marzo de 1989, en una cena con José María Aznar y Rodrigo Rato en la que desplegó su simpatía personal, su amena conversación y su saber sociológico. Causó buena impresión, porque en septiembre, cuando Aznar ya era presidente del Partido Popular, le llamó para contratarle como asesor. En 1990, Arriola se independizó de Fabián Márquez, actualmente asesor jurídico de la CEOE.

Desde entonces, siempre ha estado detrás. Estuvo en los debates televisados de Aznar y González (y este año, en los de Rajoy y Zapatero), se le atribuye la paternidad de la cantinela «Váyase, señor González» (y la de «la niña de Rajoy») y su parte en las dos victorias de Aznar (y la última derrota de Rajoy).

Analista de los datos, lector de los deseos ciudadanos, escrutador electoral, diseñador de tendencias, Aznar le sentó a la mesa con ETA confiando en su capacidad de negociación. Fue el tercer hombre y el único sin rango ministerial en las conversaciones en un hotel de Zurich, el 19 de mayo de 1999, con los etarras Mikel Albizu y Belén González Peñalba, durante una tregua de la organización terrorista. Acompañó a Javier Zarzalejos (entonces secretario general de Presidencia) y a Ricardo Martí Fluxá, secretario de Estado para Seguridad, número dos del Ministerio del Interior.

Nueve años después, vuelve a la actualidad, contra sus deseos, porque el revuelto PP ve en él a quien ha inoculado en Rajoy la idea de unidad con el Gobierno de Zapatero contra el terrorismo y, sobre todo, un nuevo ambiente con los nacionalistas en el que el PP pueda alcanzar pactos. Se le atribuye haber convencido a Rajoy de que nunca podrá gobernar sin tener en cuenta a los nacionalistas de esas autonomías. A lo largo de los años de asesoramiento, Arriola ha hecho una fortuna personal. Como dueño y director de la empresa Instituto de Estudios Sociales y administrador único de Consultora de Investigación Social, ha tenido de cliente al PP y también a la Telefónica de Villalonga, en la que fue consejero de imagen.