Madrid, Efe

«Euskadi no es una parte subordinada de España. Y quien tiene en la cabeza elecciones no tiene soluciones»

«No se producirá ningún acto en este país que no respete la Constitución ni las reglas sobre referendos»

El presidente José Luis Rodríguez Zapatero volvió a rechazar ayer el plan soberanista de Juan José Ibarretxe y le respondió que «bajo ningún concepto» aceptará «viajes a ninguna parte» del Lendakari, que ha visto al jefe del Gobierno «a la defensiva» y «enrocado» en su negativa a negociar.

La reunión de dos horas y media en la Moncloa se resolvió como la de octubre. El Lendakari aseguró que no pierde la esperanza de llegar a un acuerdo con Zapatero, a pesar de la rotunda negativa de éste a consultar en octubre a los vascos sobre el futuro de Euskadi.

«No se producirá ningún acto en este país que no respete la Constitución ni las reglas democráticas sobre consultas y referendos; eso va a ser así, que nadie tenga ninguna duda», afirmó Zapatero. Convencido de que los dos gobiernos están obligados al acuerdo político «exista o no ETA», Ibarretxe lamentó que el único proyecto del Presidente sea convocar comicios en el País Vasco. «Cuando en la cabeza se tienen sólo elecciones, no se tienen soluciones», añadió.

Tras precisar que fue el Lendakari quien sacó a colación en la entrevista los comicios vascos, previstos para el próximo año, Zapatero dijo que «las elecciones pueden dar en muchos casos las soluciones», aunque los socialistas vascos no tienen «ningún interés» en que se adelanten.

El Presidente ofreció a Ibarretxe voluntad de diálogo y de entendimiento, pero le advirtió de que cualquier iniciativa debe cumplir dos requisitos: partir de un amplio consenso entre las fuerzas vascas y respetar la Constitución y el ordenamiento jurídico.

El Lendakari emplazó a Zapatero a un pacto que constituya la base sobre la que los partidos vascos elaboren un texto que sea presentado antes de 2010 para ser votado en referéndum, con plena validez jurídica, y aseguró que, como el pueblo vasco, él es «tenaz y no pierde la esperanza».

Frente a esa tenacidad, Zapatero respondió que «la razón en democracia siempre se abre paso». El Presidente instó al Lendakari a reflexionar y a plantear acuerdos concretos sobre transferencias o para reformar el Estatuto dentro de la legalidad; «viajes a ninguna parte, aventuras, no; porque es innecesario, es inconveniente, porque divide y confunde».

Ibarretxe no varió su propuesta, que calificó de «seria», y dijo que le parece «imposible» que lo que el PSOE consideraba legítimo en las conversaciones de Loyola en 2006 durante la tregua de ETA, ahora, cuando lo presenta el Lendakari, «sea ilegal, inconstitucional, una aventura y una ocurrencia». A su juicio, «Euskadi no es una parte subordinada de España», «y al igual que el Parlamento vasco no puede imponer sus decisiones a las Cortes, tampoco éstas pueden despachar con un "no" y sin negociar las propuestas que se les hacen por parte de la sociedad vasca».

Zapatero rechazó este planteamiento al recordar que las relaciones institucionales las marcan la Constitución y el Estatuto, «los baluartes de la democracia». Tras recordar que ha recibido a Ibarretxe en nueve ocasiones, garantizó que la posición del Gobierno siempre se ha basado en los mismos principios: búsqueda de un entendimiento entre los partidos vascos para favorecer la convivencia, colaboración institucional y respeto a la legalidad.

El Lendakari respondió que aún hay tiempo para negociar y que su flexibilidad es absoluta. «Es necesario que hagamos política» y «debemos seguir rechazando juntos la violencia de ETA», dijo. El siguiente paso en este proceso será el Pleno del Parlamento vasco de junio, que debería convocar la consulta para el 25 de octubre, por lo que Zapatero ha pedido «calma».

Al margen este debate, el presidente del Gobierno trasladó al Lendakari su «profundo malestar» por la «injusta» resolución del Parlamento vasco, que acusó al Gobierno de «amparar» a las fuerzas policiales ante las denuncias de torturas a etarras detenidos.