París

El «número uno» de ETA, Francisco Javier López Peña, «Thierry», y el resto de los miembros de la banda terrorista detenidos el pasado martes en Burdeos, Jon Salaberria, Ainhoa Ozaeta e Igor Suberbiola, pasaron ayer por la tarde a disposición judicial. Una vez finalizada su comparecencia ante el juez, la fiscalía antiterrorista de París abrirá una instrucción para su procesamiento.

Los etarras, asistidos por sus abogados, serán llevados ante los jueces instructores, que les comunicarán los cargos antes de ser conducidos ante un juez de libertades, que decidirá su ingreso en prisión preventiva.

Los cuatro fueron trasladados en avión desde Burdeos a París, adonde llegaron a última hora de la mañana y fueron conducidos a las dependencias de la Subdirección de la División Antiterrorista (SDAT), situadas en Levallois, a las afueras de París.

La operación de Burdeos se llevó a cabo en el marco de una investigación abierta el pasado martes por la fiscalía de París por «asociación de malhechores para cometer actos de terrorismo, uso de matrículas falsas en relación con empresa terrorista y receptación de robo en banda organizada».

Junto con los cuatro miembros de la organización terrorista también comparece ante el juez el francés Louis Fort, de 76 años, que alquiló el apartamento de Burdeos ocupado por la cúpula etarra y que fue detenido en la región de Bayona.

La instrucción ha sido confiada a la Subdirección Antiterrorista de la dirección central de la Policía judicial y un magistrado de la sección antiterrorista de la fiscalía de París se trasladó a Burdeos el pasado miércoles, día 21, para asumir la dirección de las investigaciones.

La Fiscalía de la Audiencia Nacional pedirá a Francia la entrega a España de los cuatro presuntos etarras.

Por otra parte, el secretario general del PSE-EE de Guipúzcoa, Iñaki Arriola, condenó ayer la quema, anteanoche, de una excavadora en Hernani e insistió en la necesidad de «aislar socialmente a los terroristas, a sus cómplices y a quienes callan ante sus acciones». Arriola rechazó este «incomprensible» ataque perpetrado por los violentos, que rociaron el vehículo industrial con líquido inflamable y le prendieron fuego.