Madrid / Barcelona

El Gobierno de Zapatero está estudiando si se mantiene «la motivación de urgencia» que le llevó aprobar el minitrasvase a Barcelona y «en uno o dos días» decidirá si deroga la conducción de agua, después de que las últimas lluvias hayan situado los embalses catalanes al 42 por ciento. El Ejecutivo socialista aragonés recurrirá a los tribunales para detener un minitrasvase que «ya no tiene sentido».

El portavoz del PSOE, José Antonio Alonso, explicó que la titular de Medio Ambiente, Elena Espinosa, le había comunicado que su Ministerio está trabajando en un cálculo y que dentro de dos días podrán «tener claro cuál es el volumen de agua embalsada que se necesita para dejar sin efecto las disposiciones del decreto ley» por el que se aprobó el minitrasvase. Esta «respuesta técnica», según Alonso, permitirá conocer «hasta qué punto y cuándo» se podrá derogar la norma, tras la lluvia caída en las últimas semanas.

«El decreto establece una motivación de urgencia. Si la falta de agua en los embalses existiera, se seguirá lo que establece el decreto ley, pero si desaparece la causa, lo cual sabremos en uno o dos días, las previsiones de la norma carecerían de sentido», explicó Alonso.

En cambio, el Gobierno de Aragón sí tiene claro que la conducción de agua a Barcelona «ya no tiene ningún sentido». Ayer mismo ordenó a sus servicios jurídicos que recurran e impugnen todos los actos administrativos que se deriven del decreto ley del minitrasvase.

El vicepresidente aragonés, José Ángel Biel, destacó que el decreto posee una disposición que indica que debe derogarse si desaparece la situación de emergencia. Aunque el Gobierno y la Generalitat no «lo entienden así», desde Aragón se recurrirán e impugnarán todos los actos administrativos que se deriven de su desarrollo, entre ellos, el convenio entre el Ejecutivo central y el catalán para construir la tubería y la adjudicación de las obras.

Biel mostró su «preocupación» porque el tripartito catalán ha cambiado el porcentaje en el que se fija el umbral de excepcionalidad respecto a la cantidad de agua embalsada, pasando del 50 al 58 por ciento. «Esto lo tiene que parar alguien y para eso está la Justicia» porque «la Generalitat se ha pasado de vuelta» y ha caído «en un cierto abuso de poder» que es «recurrible», dijo el Vicepresidente. Por su parte, el presidente de Aragón, Marcelino Iglesias, se mostró contundente: «En este momento nadie puede entender que en Cataluña haya una situación de sequía porque el problema dentro de 3 días va a ser el desbordamiento de los ríos».

Mientras, el tripartito mantiene las medidas de excepcionalidad 2 vigentes en el decreto de la sequía, así como las restricciones y sanciones «hasta que se garantice que habrá agua suficiente en los embalses», aunque el Ebro está a punto de desbordarse.

En línea con los intereses de la Generalitat, la ministra de Administraciones Públicas, Elena Salgado, manifestó que el gobierno aragonés es «soberano» para recurrir el minitrasvase, pero «sinceramente, no lo vemos justificado».