Palma de Mallorca, Agencias

El Rey don Juan Carlos animó ayer a seguir «dando en la cabeza» a ETA y combatir a los terroristas «hasta acabar con ellos». En sus primeras declaraciones al llegar a Mallorca junto a doña Sofía, dos días después de que la banda asesinara a dos jóvenes guardias civiles cerca de donde veranea la Familia Real, el Monarca quiso dejar claro que se siente muy seguro en la isla.

Don Juan Carlos se expresó en estos términos en respuesta a los periodistas que esperaban la llegada de los Reyes en el aeródromo militar de Son Sant Joan, donde por la tarde tomó tierra el avión de la Fuerza Aérea Española que los ha trasladado a Mallorca desde Madeira, tras su visita oficial a esta región autónoma portuguesa.

Al ser preguntado sobre el mal inicio del veraneo de los Reyes en Mallorca tras el reciente atentado de ETA en Palmanova, que costó la vida dos guardias civiles, don Juan Carlos respondió: «Desgraciadamente es así, pero hay que seguir, y seguiremos, dándoles en la cabeza; y hay que combatirlos hasta acabar con ellos».

Sobre si se siente seguro y protegido en Mallorca después de lo ocurrido, don Juan Carlos afirmó que se encuentra «encantado» en esta isla. «Encantado y segurísimo», añadió. Preguntado sobre cómo se presentan sus vacaciones en Marivent, respondió: «Ya veremos dentro de unos días».

Los Reyes fueron recibidos en el aeródromo militar de Son Sant Joan por las autoridades civiles y militares de Baleares, encabezadas por el presidente autonómico, Francesc Antich, a quienes el jefe del Estado expresó sus condolencias por el atentado de Palmanova que costó la vida a los jóvenes guardias civiles Carlos Sáenz de Tejada y Diego Salvá, al tiempo que aseguró sentirse «segurísimo y encantado» de llegar a Mallorca.

Pese a que la bomba etarra estalló el jueves a escasos ocho kilómetros del palacio de Marivent, el delegado del Gobierno, Ramón Socías, resaltó que la seguridad de la Familia Real está «garantizada» y «trabajamos para minimizar los riesgos en el mayor grado posible».

Mientras, en Burgos recibía sepultura ayer el guardia Carlos Sáenz de Tejada, tras un acto de despedida lleno de dolor en el que participaron cientos de personas, muchas de ellas con uniformes de la Guardia Civil y del Ejército, y al que asistieron representantes de las administraciones públicas como el presidente autonómico, Juan Vicente Herrera.

Parte de los asistentes al responso tuvieron que seguir la ceremonia desde la calle, dado que la capilla se encontraba abarrotada. El sacerdote afirmó en la homilía: «La muerte siempre duele, pero más cuando es una muerte gratuita y premeditada, como ésta». Tras el responso, el féretro fue llevado a hombros por familiares, amigos y compañeros de la Guardia Civil hasta el cementerio.