Madrid / Oviedo

La Guardia Civil de Tráfico deberá seguir respetando los márgenes de error cuando tenga que multar por exceso de velocidad. Los grupos parlamentarios han acordado introducir un cambio en la nueva ley de Seguridad Vial para que se sigan teniendo en cuenta los márgenes de error de los radares.

Con este retoque de la mencionada ley que ahora tramita el Senado se preservará la vigencia del actual margen de tolerancia del diez por ciento o de diez kilómetros por hora en las multas por exceso de velocidad, según reveló ayer Jordi Jané, diputado de CiU.

De este modo se mantendrán los márgenes de error de los radares de la Dirección General de Tráfico y de los cuentakilómetros de los vehículos que en la nueva normativa se iban a eliminar. Esto supone que, cuando se apruebe, los conductores podrán seguir circulando por las autovías a 132 kilómetros por hora sin ser multados. En las carreteras con limitación de velocidad más baja tampoco se sancionará desde el primer kilómetro de exceso.

Con esta rectificación, en definitiva, se preserva al conductor de ser sancionado por circular a 121 kilómetros por hora en autovía y, por ejemplo, por hacerlo a velocidades de 91 e incluso de 61 km/h en carreteras. De este modo se busca evitar una avalancha de recursos con visos de salir adelante.

Además, el fiscal de Seguridad Vial, Bartolomé Vargas, anunció que se está diseñando un plan operativo para que se creen más plazas donde cumplir las penas de trabajos en beneficio de la comunidad impuestas por delitos de tráfico y se plantea que algunas se destinen a dar cursos de formación a parados o realicen prestaciones sociales en favor de personas que atraviesen una difícil situación económica en estos momentos de crisis.

Según Vargas, los condenados podrían «auxiliar» a los parados con cursos de formación, dándoles información y ayudándoles en la tramitación de diversas gestiones.

Por otra parte, el Ayuntamiento de Madrid ha comenzado un nuevo programa educativo para grafiteros y «botelloneros». A partir de ahora, podrán eludir la multa y reparar sus daños limpiando sus propias pintadas, recogiendo la basura generada por el «botellón» o realizando otros trabajos para la comunidad.

Hasta el momento, 26 infractores por realizar pintadas urbanas ya han solicitado esta sustitución. Con esta medida se pretende «fomentar el uso responsable del espacio público», dijo la delegada de Medio Ambiente, Ana Botella, quien apostó por seguir el ejemplo de ciudades como Nueva York, que han conseguido reducir las pintadas «con presencia policial» y un aumento de las multas.

Ana Botella advirtió de que en ningún caso esta sustitución afecta a la indemnización que han de pagar los infractores por los costes derivados de la limpieza de la pintada. Esta medida busca «despertar la conciencia ciudadana y la responsabilidad de los infractores», añadió.