Madrid / Oviedo

El desconcierto en el que el pasado martes y trece Francisco Camps sumió al PP al no hacer efectiva hasta el día siguiente la destitución de Ricardo Costa le va a pasar factura. Pese a la posterior afirmación de Mariano Rajoy de que mantiene intacta su confianza en el líder valenciano, en la dirección nacional del partido se comienza a pensar en su relevo. Rita Barberá podría ser cabeza de lista para las elecciones autonómicas.

Ése puede acabar siendo el precio que, de aquí a dos años, pagará Camps por su doble juego del pasado martes, cuando pactó con Ricardo Costa mantenerle como secretario general hasta que se sustanciara una investigación interna sobre su papel en relación con el «caso Gürtel». Antes, Camps había acordado con Génova la destitución de su número dos.

A la espera que Camps pueda sacar al PP valenciano de la crisis por el «caso Gürtel», a Rajoy no le queda otra que seguir apoyando a quien en los momentos difíciles del congreso del PP le apuntaló al frente del partido con su respaldo. Pero en Génova no se oculta el malestar por la pasividad de Camps ante Costa, que el pasado martes llevó a la dirección nacional a darle un ultimátum. El presidente regional tiene ahora órdenes de recomponer el partido con los tres dirigentes provinciales.

El pasado viernes, día 9, fiesta de la Comunidad Valenciana, Génova tiene que amenazar con expulsar a Costa para que Camps anuncie a las diez de la noche que el martes, 13, será cesado el secretario general, quien se fue a hacer el camino de Santiago a Astorga.

Costa reaparece el martes por la mañana para anunciar que no dimitirá. Todo «un desaire» para la dirección nacional, donde empieza a cundir el «desconcierto». A Camps se le llama para pedirle explicaciones y entonces se descubre que «había pactado con Génova una cosa y con Costa la contraria».

En el comité ejecutivo regional Costa anuncia la suspensión temporal de sus funciones hasta que Génova abra una investigación sobre su gestión. Camps no mueve ficha y, en cambio, comunica a Rajoy que Costa está cesado. Génova lo da por hecho en su comunicado y Valencia lo supedita a la investigación. El miércoles, la dirección nacional pone toda la carne en el asador y fuerza a Camps a hacer efectivo el cese.