Madrid / Oviedo,

Efe / L. M. S.

Las críticas del líder del PSOE de Madrid (PSM), Tomás Gómez, al vicesecretario general socialista y ministro de Fomento, José Blanco, quejándose de que boicotea su candidatura a las autonómicas de 2011, han abierto una guerra interna en el partido que ha obligado a intervenir al propio José Luis Rodríguez Zapatero, que no desea ver aireado un enfrentamiento entre su «número dos» y Gómez, y que pidió contención.

Según «El País», durante la reunión de la ejecutiva del PSM, el lunes, Gómez se quejó del escaso apoyo que recibe de Blanco y contrastó esta falta de respaldo con la buena relación de colaboración que el titular de Fomento exhibe con la presidenta de la Comunidad de Madrid y del PP, Esperanza Aguirre.

Además, según Gómez, Blanco ha comentado, de puertas para adentro, que el PSM necesita un candidato distinto en 2011.

Gómez, que fue alcalde de Parla hasta hace año y medio, accedió a la secretaría general del PSM en julio de 2007 en un congreso extraordinario y fue reelegido en septiembre de 2008 con el 85 por ciento de los votos. Ayer, el líder socialista madrileño no acudió a ningún acto público y Blanco, en Bruselas, no hizo comentarios alegando que sólo está «para temas importantes».

Sí habló una cercana colaboradora de Gómez, la responsable de Política Institucional del PSM y portavoz en la Asamblea, Maru Menéndez, quien se quejó de que los socialistas madrileños no sintieron el «calor» ni el «apoyo» de Blanco en el mitin que éste dio junto a Gómez en Fuenlabrada el 25 de abril.

«No es un problema de que no lo haya sentido el secretario general de los socialistas madrileños, es un problema de que los militantes madrileños, en ese momento concreto y puntual, realmente no sentimos ese especial calor», explicó, sin ambages, Menéndez.

Y luego dejó clara la autonomía de la que goza el partido: «Las decisiones que tienen que ver con Madrid se debaten y se acuerdan en el ámbito del PSM».

Un grupo de militantes y dirigentes críticos con Gómez está ultimando una recogida de firmas para que el cabeza de cartel socialista a las autonómicas de 2011 salga de un proceso de primarias, algo por lo que Gómez no parece sentirse especialmente inquieto.

Uno de esos críticos es el diputado autonómico Óscar Blanco, para quien las palabras de Gómez contra José Blanco prueban que el primero «está fuera de la realidad y ve fantasmas donde no los hay». Además juzgó una «irresponsabilidad» poner en cuestión los proyectos del ministro de Fomento en Madrid.

Otras voces intentaron rebajar el grado de tensión; entre ellas, la ministra de Vivienda, Beatriz Corredor, quien asistió a la ejecutiva del lunes y que, aparte de afirmar que no escuchó nada como lo atribuido a Gómez, aseguró que el PSM «está más cohesionado que en las últimas décadas».

El portavoz en el Congreso, José Antonio Alonso, consideró anecdóticas y accesorias las palabras de Gómez e hizo hincapié en que lo importante es que los socialistas madrileños trabajen conjuntamente para recuperar la Comunidad y el Ayuntamiento de la capital.

Mientras, alcaldes de municipios madrileños como Fuenlabrada o Leganés dieron su apoyo al «número dos» socialista y el ex presidente autonómico Joaquín Leguina pidió que «dejen en paz» a Gómez.

Fuera del PSOE, la protagonista del debate es Esperanza Aguirre, que a lo largo del último año ha reiterado sus comentarios positivos sobre Blanco gracias a las inversiones de Fomento en la región.

Preguntada por el asunto, la presidenta madrileña eludió extenderse y se limitó a afirmar que los socialistas madrileños tienen ya «bastantes problemas» como para que ella hable de «cuestiones ajenas».