El juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón ha negado este lunes en el Tribunal Supremo haber prevaricado o vulnerado la intimidad de varios de los procesados en el "caso Gürtel" al ordenar intervenir las comunicaciones que mantuvieron en prisión con sus abogados.

El titular del Juzgado número 5 de la Audiencia Nacional ha declarado hoy por espacio de cuatro horas, desde las 10.30 hasta las 14.30, ante el magistrado Alberto Jorge Barreiro, que instruye la querella presentada por el abogado Ignacio Peláez, letrado que representa al empresario José Luis Ulibarri, uno de los imputados del "caso Gürtel".

Garzón se ha negado a contestar a las preguntas de las acusaciones y sólo ha contestado a las del fiscal y de su abogado, Francisco Baena Bocanegra, así como a las que ha hecho el instructor.

A su salida de la declaración, Peláez ha indicado a los medios de comunicación que el magistrado no ha sabido dar explicaciones de la razón por la que no desglosó la intervención de las conversaciones que afectaban al derecho de defensa.

Peláez se ha mostrado convencido de que Garzón ordenó las escuchas sabiendo que era injusto hacerlo y de que la causa continuará adelante en el Supremo ya que el juez de la Audiencia Nacional "no ha dado unas explicaciones muy convincentes".

El letrado que presentó la querella, y que fue fiscal de la Audiencia Nacional, ha asegurado que le resulta difícil no haber tenido el respaldo del Colegio de Abogados de Madrid y haber tenido que tomar la iniciativa de querellarse en solitario "defendiendo la profesión de la abogacía".

"Me hubiera gustado no haber sido yo el que tuviera que poner la querella, sino que hubiera sido el Colegio de Abogados de Madrid, pero desgraciadamente no ha sido así", ha dicho Peláez, quien ha señalado que es a esta institución a la que le correspondía y la que debe defender la profesión de la abogacía.

El letrado ha afirmado que se vio en la obligación de presentar la querella, no por su cliente, sino a título particular como persona afectada en sus derechos fundamentales del derecho de defensa.

Además de Peláez, están personados como acusación popular en la causa contra Garzón el presunto cerebro de la trama de corrupción del "caso Gürtel", Francisco Correa, y su número dos, Pablo Crespo, a cuyos abogados tampoco ha querido contestar el juez.

Peláez acusa al juez de presuntos delitos de prevaricación y contra las garantías de la intimidad por haber ordenado las escuchas, que fueron declaradas ilícitas el pasado mes de marzo por el Tribunal Superior de Justicia de Madrid, que consideró que Garzón, al ordenarlas, vulneró el derecho de defensa.

Tercera declaración en el TS

Esta ha sido la tercera vez que Garzón ha declarado ante el alto tribunal, después de que lo hiciera el 9 de septiembre del pasado año por su actuación en el caso de las desapariciones durante el franquismo y el pasado 15 de abril por los cobros supuestamente recibidos del Banco Santander durante su estancia en la Universidad de Nueva York entre 2005 y 2006.

El magistrado llegó a las 10.10 horas a la sede del Supremo, donde le esperaban un nutrido grupo de medios de comunicación y unos pocos partidarios que, con banderas republicanas, le han dicho: "Adelante, no te rindas", mientras portaban pancartas en las que se leía "Más jueces como Garzón" o "Diga lo que diga el Supremo, yo Rajoy, apoyo a Camps. Yo, a Garzón".

A la puerta del Supremo ha llegado también un grupo de mariachis, de un programa de televisión, que en varias ocasiones han cantado una conocida ranchera con la letra adaptada a la situación del juez.

Al término de la declaración, el magistrado y su abogado han salido por la puerta principal del Supremo evitando así a los medios de comunicación.