San Sebastián / Oviedo

Un grupo de ocho históricos presos de ETA, alejados ahora de la organización, ha suscrito una carta en la que plantean nuevos «pasos» para un proceso de paz en el País Vasco, entre los que destacan la necesidad de «reconocer y reparar» los daños causados a las víctimas del terrorismo.

Entre los firmantes de la misiva, a la que tuvo acceso Efe, se encuentran «históricos» como Carmen Gisasola, jefa de comandos en los años 80; Joseba Urrusolo Sistiaga, del «comando Madrid»; Kepa Pikabea y Rafael Caride Simón, condenado como autor material del atentado de Hipercor en 1987. El resto de firmantes son Andoni Alza Hernández, Koldo Carrasco Aseginolaza, Fernando de Luis Astarloa y Josu García Corporales, interno en la cárcel asturiana de Villabona.

Algunos de estos reclusos mantienen una posición crítica con la dirección de ETA desde hace más de una década, motivo por el que abandonaron la disciplina del colectivo de presos de la banda, que posteriormente anunció su expulsión de la banda.

Los ocho firmantes se refieren al papel de los reclusos en un eventual proceso de paz, que no debe ser el de mantener un «frente de lucha» como «algunos siguen planteando en la izquierda abertzale», sino el de «participar en la reflexión política para el proceso de paz». Tras recordar que llevan «muchos años planteando la necesidad de poner fin a la lucha armada y de avanzar por vías exclusivamente pacíficas y democráticas», este grupo, que firma como «presos comprometidos con el irreversible proceso de paz», explica que han empezado a «dar pasos concretos en ese sentido».

En este camino consideran que «hay que plantear el tema de las víctimas y el reconocimiento y reparación de los daños causados», una cuestión que reconocen «delicada», por lo que «no se debe plantear como un nudo que bloquee. Pero debemos asumirlo como un acto de reconocimiento de las consecuencias del conflicto, tal y como lo asumieron en los acuerdos de paz de Suráfrica e Irlanda», agregan.

Los ocho reclusos apuestan por «empezar a abrir espacios de entendimiento y acercamiento entre las personas para facilitar la comunicación que ayude a crear un clima favorable a la superación de las heridas creadas por tantos años de conflicto».

Por otra parte, la Ertzaintza detuvo por la mañana en San Sebastián, por orden de la Audiencia Nacional, a Iker Santamaría Alvarez, miembro huido de la ilegalizada Segi, que figura en la lista de terroristas más buscados por el Ministerio de Interior. Al arrestado se le imputa un presunta delito de colaboración con banda armada, según confirmó la Ertzaintza.

Santamaría se encontraba huido a raíz de la operación del pasado mes de noviembre dirigida por la Audiencia Nacional que se saldó con el arresto de 35 personas, lo que supuso el desmantelamiento de la cúpula de la organización ilegalizada, considerada como las juventudes de ETA.