El presidente de la Generalitat, José Montilla, ha pedido hoy en el Senado respeto a Cataluña y ha dicho que la situación actual fruto de la no renovación del Constitucional pone en riesgo el pacto constitucional y las relaciones institucionales, políticas y afectivas de su comunidad con España.

En su comparecencia en la Comisión General de las Comunidades Autónomas, a petición propia, Montilla ha afirmado que el Alto Tribunal está deslegitimado moralmente, aunque no legalmente, para pronunciarse sobre la constitucionalidad del Estatuto de Cataluña.

Ha exigido por ello a la Cámara la renovación urgente de los cuatro magistrados del TC que le corresponden porque en su actual composición "ha perdido la apariencia de independencia que sería exigible", aunque legalmente esté facultado para ejercer su función.

En su intervención, la mayor parte de la cual ha sido en catalán, aunque ha usado también el castellano, el gallego y el euskera, ha asegurado que su exigencia parte de la lealtad constitucional y de la norma de conducta que se ha impuesto: la serenidad.

"No tengo la más mínima intención de ir ni un milímetro más allá de la Constitución ni tampoco de quedarme ni un milímetro antes del Estatut", ha apostillado.

Montilla ha vuelto a culpar del bloqueo del Alto Tribunal al PP, partido -ha dicho- que pretende ganar en el Constitucional lo que perdió democráticamente.

Ha recordado que el Estatut viene aplicándose y desarrollándose desde el 9 de agosto de 2006 por parte de las instituciones de autogobierno de Cataluña sin "los problemas apocalípticos sobre las consecuencias nefastas de su aplicación para la unidad de España" que algunos auguraron.

Libre de politización

Ha insistido en que el Tribunal debería estar libre de cualquier presunción de politización, lo cual no es su responsabilidad, ha afirmado, antes de advertir de que el Congreso y el Senado pueden ver disminuido su prestigio y su credibilidad si no son capaces de encontrar una solución responsable a este "callejón sin salida".

Para Montilla, esta situación "lesiona el autogobierno de Cataluña", pone en riesgo su relación política, institucional y afectiva con España y en "tela de juicio" un elemento fundamental del Estado de las autonomías, al tiempo que degrada al propio Tribunal.

Ha recordado que su presencia en la Cámara Alta responde al mandato del Parlamento catalán en el que se insta a la renovación del Constitucional y a impulsar una reforma de la ley orgánica que rige este tribunal.

"No pedimos que se cambien las reglas del juego. Cataluña no quiere leyes a medida, quiere sencillamente que se cumplan", ha insistido.

Montilla ha comenzado su intervención, seguida desde los bancos del Gobierno por el vicepresidente tercero, Manuel Chaves, y el ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, con una reflexión sobre el Estado de las Autonomías.

Ha reprochado a "aquellos a los que se ponen la palabra España en la boca con demasiada frecuencia y no siempre con ánimo integrador", en referencia a los presidentes autonómicos del PP, que no hayan acudido al Senado cuando se va a hablar de la construcción del Estado autonómico.

Tras estas críticas, ha censurado que todavía hoy no esté asumido el uso de las lenguas cooficiales en algunas instituciones pese a que ya está aceptado con "normalidad" por los ciudadanos.

Ha afirmado que le entristece escuchar opiniones que se oponen al uso de estas lenguas en el Senado, alegando el "derroche" que su traducción supone, porque esto demuestra lo lejos que se está de asumir la "pluralidad".

"Hoy mi tristeza deriva en ofensa cuando constato que no por incomprensión, sino por mala fe política, se emiten juicios y opiniones peyorativas sobre el catalán", ha sentenciado Montilla, antes de hacer hincapié en que las lenguas no tienen precio.