Bilbao / Oviedo, Agencias

La Ertzaintza detuvo ayer en Hernani al etarra Gurutz Agirresarobe como autor material del asesinato del jefe de la Policía Municipal de Andoain Joseba Pagazaurtundua, un crimen que llevaba siete años sin ser resuelto. El terrorista fue arrestado de madrugada junto a Aitziber Ezkerra, la mujer que era su pareja en el momento de los hechos.

Militante socialista y miembro de «Basta Ya», Pagaza, de 45 años, fue asesinado el 8 de febrero de 2003 al recibir cuatro disparos de un solo terrorista, mientras desayunaba en el bar Daytona de la localidad guipuzcoana. Sargento de la Policía Local, estaba casado y tenía dos hijos, de 12 y 9 años.

La detención del asesino ha sido obra de la unidad antiterrorista de la Policía vasca puesta en marcha hace un año. La prueba fundamental que ha llevado hasta el etarra ha sido el ADN encontrado en una taza de café que el asesino se tomó en el bar y que coincide con el de Agirresarobe.

Así lo desveló el consejero de Interior, Rodolfo Ares, quien no dio más detalles porque la operación sigue bajo secreto del sumario. Ares explicó, no obstante, que la pistola utilizada para matar a Pagaza se empleó también dos años antes en el asesinato del presidente del PP aragonés Manuel Jiménez Abad.

Agirresarobe y Ezkerra fueron detenidos ayer de madrugada en sus domicilios de Hernai, donde hacían vida normal y mantenían contacto con la banda. La mujer «podría haber sido una colaboradora necesaria en el asesinato de Pagaza», dijo Ares. Los dos «legales» formaban una «célula durmiente» del «comando Donosti» que «estaban a la espera de recibir órdenes» de la banda para atentar, añadió el Consejero. Mientras, hacían una vida normal, aunque en contacto con ETA.

La Ertzaintza controlaba su paradero, ya que los dos habían sido imputados por delitos de enaltecimiento del terrorismo en dos ocasiones recientemente y estaban vinculados a partidos ilegalizados. La caída de Agirresarobe permitirá esclarecer el asesinato de Pagaza, un crimen que puso fin a la vida de una persona acosada durante años por los radicales y que en 1995 se vio obligado a irse de su pueblo y pasar unos años destinados en la Comisaría alavesa de Laguardia.

Sólo cinco meses antes de ser asesinado, le agredieron en la Casa del Pueblo de Andoain, de donde se fueron amenazándole con un «ya te pillaremos». Poco antes del atentado, el sargento de la Policía Local enviaba una carta al entonces consejero vasco de Interior, Javier Balza, diciéndole: «Veo mi muerte a manos de ETA muy cerca».

Al conocer la detenciones, los miembros de la familia de Joseba Pagazaurtundua afirmaron estar «emocionados y asimilando que vaya a empezar la administración de justicia». El alcalde de Andoain (Guipúzcoa), Estanis Amutxastegi (PSE-EE), amigo de Pagaza, dijo que supone un «alivio moral total y absoluto». El ministro de Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, aseguró que «la estrategia no es otra que detener, detener y detener hasta que esto se acabe». Los partidos expresaron su satisfacción por estas dos detenciones y el PP celebró que la Ertzaintza esté en primera fila contra ETA.