Madrid / Oviedo

El presidente de Castilla-La Mancha, José María Barreda, admitió ayer hoy que es probable que no estuviera acertado en su ataque del viernes al presidente Rodríguez Zapatero, cuando le advirtió que debe cambiar de rumbo si quiere evitar «una catástrofe electoral», aconsejó que se limiten a dos los mandatos electorales y aseguró que no necesita que ni el Presidente ni la cúpula del PSOE haga campaña a su favor para las próximas elecciones autonómicas.

El presidente explicó ayer ante el PSOE de Ciudad Real que daba este paso atrás a la vista de «la utilización que están haciendo los adversarios» de sus palabras. «Ayer recordaba que siempre espero de mis asesores que me digan lo que piensan y me digan la verdad; pues bien, me han dicho que no estuve acertado y, a la vista de la utilización que están haciendo algunos, sobre todo los adversarios, probablemente lleven razón», rectificó.

Barreda también quiso dejar aclarado su apoyo a Zapatero, a quien lanzó un mensaje de unidad después de los dardos del viernes: «Yo estoy en este barco y además dispuesto a remar como el primero».

La jornada comenzó con respuestas contundentes de miembros del Gobierno a los ataques de Barreda. Así, la vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, reiterado a primera hora de la mañana que la mayoría de los dirigentes socialistas no comparte las críticas de Barreda y que si hay alguna otra voz discordante en el partido, «hasta ahora no se ha expresado». «No hay un movimiento sísmico en el PSOE», dijo, antes de añadir que tampoco hay dudas entre los dirigentes del partido en que Zapatero es quien tiene más capacidad de recuperar la confianza de los ciudadanos. En estos momentos, las encuestas más recientes dan al PSOE entre 14 y 11 puntos por debajo del PP si hoy se celebrasen unas elecciones generales.

El ministro de Fomento y vicesecretario general del PSOE, José Blanco, también contestó a Barreda, a quien aseguró que «las reformas» económicas que están en curso, y que han causado la huelga general del 29-S, son precisamente el «golpe de timón» que demanda el presidente castellano-manchego al Gobierno. Con todo, Blanco consideró «exagerado» que se hable de rebelión de algunos barones del PSOE y enfatizó que, hasta ahora, Zapatero ha sido «el único dirigente nacional» que se presentó por primera vez a unas elecciones generales y las ganó, y que luego revalidó la victoria.

La ministra de Sanidad, Trinidad Jiménez, resaltó que Zapatero es «el único candidato posible» para «todos los miembros del PSOE». Tras considerar «improcedentes» y «desafortunadas» las palabras de Barreda, recordó que precisamente en los momentos difíciles es cuando «más se tiene que demostrar la cohesión interna».

Oviedo, Agencias

La portavoz del PP en el Congreso de los Diputados, Soraya Sáenz de Santamaría, criticó ayer la actitud del presidente de Castilla-La Mancha, José María Barreda, por «levantar la voz» sólo «cuando ha visto peligrar su puesto de trabajo» y no cuando el Gobierno tomó otras decisiones, como la de congelar las pensiones.

Desde Colombia, la secretaria general de los populares, María Dolores de Cospedal, también se refirió a la tormenta que viven los socialistas y aseguró que «lo que interesa a los ciudadanos no es que se haga crítica, porque las encuestas hoy le den muy mal a Zapatero», sino que esas discrepancias internas sean para «oponerse a la subida de impuestos y a la congelación de pensiones, o para luchar contra el paro».