La vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega advirtió ayer a Gibraltar de que el único interlocutor a la hora de debatir sobre la soberanía de las aguas que rodean al Peñón es el Reino Unido y ha dejado claro que España no reconoce aguas territoriales al Peñón, según informa la agencia «Efe».

Tras el último incidente ocurrido en ese mar, cuando la Guardia Civil denunció que una de sus embarcaciones fue «asaltada» por agentes de la colonia, el ministro principal, Peter Caruana, subrayó el jueves que la jurisdicción de Gibraltar sobre las aguas que rodean el Peñón es una «prioridad absoluta» para su Gobierno, «por encima de otras políticas, incluida la cooperación».

A pesar de que Caruana instó al Ejecutivo a llevar la cuestión de la soberanía sobre las aguas ante los tribunales internacionales «si realmente cree en ella», Londres ha garantizado que continúa «comprometido» con el Foro Tripartito de Gibraltar como «la mejor manera de resolver problemas». No obstante, ha expresado su «plena confianza» en la soberanía británica sobre las aguas territoriales que rodean al Peñón.

La Vicepresidenta ha lamentado que Caruana pretenda introducir el debate de la soberanía en el del Foro de Diálogo Tripartito y le ha recordado que ese tema «se aborda exclusivamente en el ámbito bilateral» entre España y el Reino Unido.

Aunque el Ministerio de Exteriores informó de que se habían suspendido las reuniones técnicas preparatorias del próximo Foro Tripartito, De la Vega señaló que Moratinos y su homólogo británico, William Hague, ratificaron que el encuentro de los tres gobiernos tendrá lugar antes de que finalice el año, como estaba previsto.

El líder del PP, Mariano Rajoy, en su página de Facebook, ha asegurado que la política exterior del presidente del Ejecutivo es «patética». «Patética: dícese de la actitud del Gobierno de Zapatero en política exterior», añade el jefe de la oposición.

Para el Partido Popular, esta última polémica es un signo más de la «debilidad» del Gobierno. La portavoz, Soraya Sáenz de Santamaría, ha considerado que «todo el mundo se está subiendo a las barbas» del Gobierno en política exterior, desde el presidente venezolano, Hugo Chávez, hasta Caruana.