El líder del PP, Mariano Rajoy, instó ayer al Gobierno a actuar «ya» en materia económica, pues «la etapa de las medidas aisladas, parciales, insuficientes, inapropiadas y contradictorias tiene que acabar», y añadió que el Ejecutivo tendrá el apoyo de los populares «si se hacen bien las cosas».

Ante un millar de empresarios en un acto celebrado en Toledo en el que también estaban los ex ministros Rodrigo Rato y Cristóbal Montoro, Rajoy instó al presidente Zapatero a «gobernar» y emprender «reformas para recuperar, si es posible aún, un mínimo de confianza».

Sin embargo, el líder de la oposición afirmó que ante la crítica situación actual «procede darle la palabra a los ciudadanos», porque a su juicio «un cambio haría un gran favor a la situación de la economía», pero añadió que esta decisión «no depende de quien les habla». «Y si quien puede no quiere hacerlo, y está en su derecho, lo que debe hacer es gobernar», aseveró.

«Ya no valen las excusas ni culpar a los demás», Zapatero gobierna «desde hace seis años y medio» y «dispone de la mayoría suficiente para hacerlo. Su obligación hoy es tomar decisiones», remachó Rajoy, para quien existen tres prioridades en estos momentos: reducir el déficit público, abordar «ya y con urgencia» los problemas de una parte importante del sistema financiero y presentar «ya un paquete de reformas estructurales».

Esta última medida, advirtió, debe ser un plan que «en una sola ley» aborde los problemas de competitividad y que sirva para recuperar el crecimiento económico. Un plan que «afecte a todo»: a la Administración, a la política energética, al mercado laboral, a la unidad de mercado, a la educación y a la justicia, subrayó Rajoy.

«Los demás, si se hacen bien las cosas, estamos dispuestos, como ya lo hicimos en temas muy importantes a lo largo de esta legislatura, a dar nuestro apoyo», pero «el Gobierno debe hacerlo ya, no demorarlo cuatro o seis meses, y si no piensa hacer nada, ni convocar a los ciudadanos a las urnas, ni tomar decisiones, Dios proveerá», remachó.

Rajoy indicó que «el grueso de la responsabilidad la tiene el Gobierno, que no actúa», pero también del resto de las administraciones y agentes económicos y sociales. En concreto, las comunidades tienen responsabilidad en el déficit público, en la deuda pública, pues disponen de competencias en impuestos, en materia de regulación para fomentar el empleo y para crear un marco favorable a los emprendedores, dijo el líder del PP.

El ministro de Presidencia, Ramón Jáuregui, afirmó por su parte ante el Grupo Socialista que el Gobierno no ha impulsado «cambios bruscos» en su política económica ni se ha caracterizado por el «descontrol», sino que ha hecho la gestión «adecuada» en cada momento en su empeño por una salida sostenible a la crisis.

Jáuregui apeló al «esfuerzo colectivo» de la sociedad para superar la situación actual, a pesar de que éste será «largo y difícil», y pidió a los diputados socialistas que tengan confianza en la gestión del Gobierno que, según sus palabras, hará las reformas necesarias de acuerdo con un calendario ya definido y riguroso.

«El camino será largo» y el PSOE tendrá «la sensación de que está solo» y «sin los apoyos necesarios», especialmente el del PP, un partido que a su juicio no da propuestas y las oculta de «forma intencionada». «Su irresponsabilidad es incalificable», concluyó el ministro de la Presidencia, quien apeló a los socialistas para que combatan la sensación de fin de ciclo y no se dejen «engañar por las consignas de la derecha».

De momento, el PSOE confía en evitar que prospere alguno de los cinco vetos a los Presupuestos de 2011 presentados en el Senado a través de una negociación con CiU, formación a la que los socialistas «tienden la mano» para alcanzar acuerdos que logren evitar el rechazo de la Cámara alta a las cuentas públicas. El partido del Gobierno ha instado al PP a retomar «la cordura» y abandonar ese discurso «tan peligroso». Desde el PNV, Josu Erkoreka se declaró aterrado ante «los ojos inyectados de sangre « del PP pidiendo elecciones en medio de la crisis. Iñigo Urkullu añadió que las elecciones deben ser en 2012, pero «habrá que ver «qué apoyos tiene el Gobierno en los próximos presupuestos. El PNV sueña con abrir el debate sobre una federación asimétrica o una confederación.