El candidato de CiU a la Presidencia de la Generalitat, Artur Mas, propuso ayer iniciar una «transición nacional» hacia la aplicación plena del derecho a decidir de los catalanes, que pasaría en primer lugar por formar un frente común en defensa de un pacto fiscal similar al Concierto económico. El planteamiento del próximo presidente de la Generalitat ha causado inquietud en el PSC, pero sobre todo en el PP.

En su discurso como candidato a la investidura, Mas afirmó en clave soberanista que los recortes al Estatut demuestran que el pacto con el Estado español «no da más de sí», por lo que a Cataluña no le queda más remedio que forjarse «un nuevo camino» a fin de poder defender «su autogobierno y sus libertades».

Tras ver cómo el TC «cortaba de raíz» el intento de evolucionar hacia un Estado plurinacional, Cataluña debe entender que «España quiere seguir siendo una sola nación con un solo Estado», y España «ha de entender que Cataluña y el pueblo catalán no desfallecerán».

«Igual que España hizo su transición democrática al acabar la dictadura franquista, Cataluña debe iniciar su transición nacional. Hablo de transición, no de revolución. Y como toda transición, hay que hacerla de manera democrática, pacífica y a base de grandes consensos interiores», proclamó.

Este «nuevo camino» que vislumbra Mas se basa en la aplicación del «derecho a decidir» de la nación catalana, que ha definido como «el ejercicio de la democracia en estado puro»: «¿A qué demócrata le da miedo esto?», preguntó el aspirante a convertirse en el presidente número 129 de la Generalitat.

Sin mencionarlo, Mas dio a entender que no está pensando en convocar un referéndum de autodeterminación, porque hay que aplicar antes el derecho a decidir en temas que reúnan «mayorías amplias cualificadas o reforzadas», evitando «dividir la sociedad, con riesgo de fractura social nacional».

Ofreció al PSC, como primera estación de esta «transición nacional», la apuesta por un pacto fiscal en la línea del Concierto económico vasco o el convenio navarro, anhelo que «genera grandes consensos en la sociedad catalana». Unos consensos que, según informa la agencia «Efe», Mas se propone extender al resto de fuerzas políticas, a las que ofreció aprovechar 2011 para configurar un frente, «cuanto más amplio, mejor».

Tras las elecciones generales de 2012, en el momento de formar el nuevo Gobierno español, Mas pondrá sobre la mesa la demanda de pacto fiscal y condicionará la «estabilidad y gobernabilidad» en Madrid a la consecución de este objetivo, según su hoja de ruta.

El candidato es consciente de que el reto de una nueva financiación no puede afrontarlo «en solitario», sino que ha de sumar el apoyo de oposición, agentes sociales y sociedad civil. Mas quiere que Cataluña actúe en políticas culturales como un Estado. Además se comprometió a no subir impuestos y a reducir el paro a a la mitad, y reclamó la gestión del Prat, de los puertos de Barcelona y de Tarragona.

El socialista Joaquim Nadal alertó a CiU de que se opone frontalmente a sus tesis porque suponen una «independencia a plazos». Desde el PP, Alicia Sánchez Camacho, dijo que descartó facilitar su investidura al oír su discurso. El PSOE le respondió que el único sistema de financiación es el vigente. Por otra parte, el Tribunal Constitucional rechazó ayer los recursos del Defensor del Pueblo y de La Rioja contra el Estatuto.