Madrid, Agencias

El presidente Zapatero reunió ayer en la sede socialista de la calle madrileña de Ferraz a los «barones» autonómicos del PSOE para implicarlos en su política de reformas y ajustes, centrada principalmente en las cajas de ahorro, las pensiones y la negociación colectiva. Zapatero logró arrancar el apoyo explícito de los gobernantes y candidatos autonómicos socialistas, escenificado tras la reunión por el presidente de la Junta de Andalucía, José Antonio Griñán.

No obstante, durante la reunión, los «barones» mostraron su preocupación por el impacto de las medidas y pidieron todo tipo de detalles y explicaciones, según revelaron asistentes al cónclave.

En su comparecencia ante los medios, Griñán sostuvo que los dirigentes autonómicos reiteraron su compromiso con la austeridad en el gasto público y su apoyo unánime a las reformas del Gobierno, incluida la de las pensiones, para avanzar en un cambio del modelo productivo que garantice el Estado del bienestar, y apostaron por el mayor consenso posible.

En el encuentro también participaron los vicepresidentes del Gobierno Alfredo Pérez Rubalcaba y Manuel Chaves y los ministros José Blanco (Fomento) y Valeriano Gómez (Trabajo).

Griñán acusó al PP, en materia de austeridad presupuestaria, de «predicar y no dar trigo», como lo demuestra, a su juicio, que las mayores deudas correspondan a comunidades y ayuntamientos en los que gobierna ese partido.

También avaló la reforma de las pensiones y consideró que «cerrar los ojos a la evolución demográfica y al sistema público de pensiones es no querer garantizarlas en el futuro». «Es necesario hacer la reforma y es conveniente y hasta muy conveniente hacerla por consenso», señaló.

Y es «imprescindible», añadió, que «todo el mundo entienda por qué se hace la reforma». Griñán hizo hincapié en que la reforma no afectará a los actuales pensionistas ni a los que vayan a acceder en breve al sistema, sino a las próximas generaciones. «Hay que explicarlo mucho y muy bien», apostilló el dirigente andaluz.