La ex presidenta del PP vasco María San Gil ha aseguró ayer en la Audiencia Nacional que no es «capaz» de recordar la cara del etarra Juan Ramón Carasatorre, que disparó contra el concejal de su partido en San Sebastián, Gregorio Ordóñez, cuando se encontraban comiendo en un restaurante, el 23 de enero de 1995. «Entró alguien y le puso una pistola en la nuca y al segundo se desfiguró la cara de Gregorio y cayó al suelo. Salí corriendo detrás de la persona que empuñaba el arma» hasta que se dio cuenta de que no era «muy prudente», dijo San Gil, quien reconoció que vio la cara del asesino.