Elegida por los partidos más grandes para sus actos de cierre de campaña y por los "indignados" como principal foco de la protesta, Madrid se ha convertido hoy en el "kilómetro 0" del debate político en España, que ha dado un giro insospechado en la última semana.

Las "coñas" de Esperanza Aguirre, como la propia presidenta de la Comunidad de Madrid define sus comentarios, han vuelto a reflejar hasta que punto las movilizaciones están descolocando a nuestros políticos.

"Estoy por convocar un campamento en la calle Ferraz -sede federal del PSOE- y que se sienten allí los 90.000 militantes del PP de Madrid, que son más que los que hay en Sol, y no se levanten hasta que se marche Zapatero", ha dicho a primera hora de la mañana en una televisión.

A media mañana ha tenido que aclarar: "Yo tengo mucho sentido del humor y hago muchas coñas". Pero el caso es que sigue molesta porque los "indignados" se le hayan plantado delante de la sede del Gobierno regional como si fuera 31 de diciembre, pero sin uvas.

Zapatero ha asegurado que a los socialistas les comprometen las peticiones de los que protestan, pero no les asustan, y ha insistido en que el voto es "la palanca de cambio más poderosa".

No obstante, ha tirado de currículum del PSOE al afirmar que los socialistas han escrito las mejores páginas de la democracia española y, aunque hace una semana clamaba contra la abstención como el peor enemigo de su partido, hoy matizaba el discurso: "Respetemos a quien no quiere votar. No estoy de acuerdo, pero les respeto".

Ahora es el PP el que parece más inquieto. Quién les iba a decir hace una semana que tendrían que preocuparse de la abstención, confiados como siempre han estado en este partido en la fidelidad de sus votantes.

"Las encuestas no votan, vota la gente", ha dicho Rajoy en Guadalajara, ciudad en la que el PP ha cambiado a última hora el escenario del mitin para evitar un posible sabotaje y en la que confían cimentar su victoria electoral en Castilla-La Mancha.

El caso es que los líderes de IU ya no se cortan y se han puesto decididamente al frente de las movilizaciones, aunque los portavoces de los "indignados" no les reconozcan ese liderazgo.

Para Cayo Lara ha acabado el tiempo de las renuncias y empieza el de las conquistas, mientras que su candidato en la Comunidad de Madrid es todavía más concreto al afirmar que esta formación llevará la indignación y la rebelión de los jóvenes a las instituciones.