Oviedo / Madrid,

L. MUÑIZ / Agencias

José Luis Rodríguez Zapatero cedió ayer a todas las presiones -de los mercados, de la oposición y de su propio partido- y anunció el adelanto de las elecciones generales al próximo 20 de noviembre, una fecha, la de la muerte de Franco, que para él es «una más». De paso, el presidente del Gobierno informó de que en esa fecha su nombre no figurará en las listas del partido que lidera desde el año 2000, lo que significa su retirada de la política.

Aunque no lo dijo, con su decisión Zapatero ahorra al candidato socialista a la Moncloa, Alfredo Pérez Rubalcaba, el desgaste que para sus aspiraciones supondría la negociación de los Presupuestos de 2012, que el PSOE ya tenía muy cuesta arriba y que el Presidente confirmó ayer que su equipo económico no va a presentar. Y, en cambio, convoca a los españoles a las urnas en una fecha semanas antes de la cual se conocerán importantes datos económicos, sobre todo los de la evolución del empleo en los meses de verano, que, de ser positivos, como se espera, pueden beneficiar a los socialistas.

El presidente del Gobierno presentó el adelanto electoral, contrario a su expreso y obstinado deseo de concluir la legislatura, como una decisión «razonable» que toma por «interés general», no electoral, y para que «otro Gobierno» pueda asumir desde el 1 de enero la gestión del ejercicio de 2012. Es, agregó, una decisión «pensada y madurada», tomada «hace tiempo», con la que busca «proyectar certidumbre política y económica sobre los próximos meses», en clara alusión a la presión de los mercados y las controvertidas agencias de calificación crediticia.

Una decisión, explicó el jefe del Ejecutivo, que tomó después de consultar «con todas las personas que tenía que hablar», en clara alusión a Pérez Rubalcaba -aunque se negó a hacer «un relato» pormenorizado de todas estas conversaciones-, y que es «lo natural» por muchos motivos; el principal, que cree cubiertos los objetivos fijados para la segunda parte de la legislatura.

Así, prosiguió, ya se han puesto en marcha muchas de las reformas económicas previstas y, en particular, la relativa a las pensiones y que fue aprobada por el Congreso la pasada semana. Y, a su juicio, está en marcha un cambio de tendencia económico que cree que continuará en el futuro.

En el escaso tiempo que quedará para que el Parlamento cierre sus puertas -las Cortes se disolverán el 27 de septiembre-, el presidente del Gobierno prevé la aprobación de varias leyes, como la de protección de víctimas del terrorismo, la de agilización procesal y la que permitirá la integración de los trabajadores agrarios en el régimen general de la Seguridad Social.

Sin embargo, muchas otras se quedarán en el tintero por falta de tiempo para culminar su tramitación debido al adelanto electoral, que hace el séptimo desde 1977. Entre estas figuran como urgentes proyectos como la reforma de la inspección de trabajo, la ley que regulará los servicios de atención al cliente para consumidores, la ley que modifica el mercado de valores y otra que cambia las entidades de inversión colectiva.

Las elecciones que no se adelantarán son las andaluzas, que, por primera vez desde 1994, no coincidirán con las generales. El Gobierno andaluz confirmó ayer su voluntad de agotar el mandato electoral y no adelantar los comicios autonómicos, anunciados para el 4 de marzo de 2012, informó la consejera de la Presidencia, Mar Moreno.

Moreno explicó que el presidente andaluz, José Antonio Griñán, ha decidido no anticipar las elecciones en función de «los intereses» de la comunidad, y que Zapatero y él ya han hablado al respecto.