Mariano Rajoy abrirá su campaña electoral en Castelldefels. Será la primera vez en la historia que el PP arranque en Cataluña la carrera de unas generales. El candidato conservador pretende subrayar así el decidido compromiso de su partido por una comunidad en la que los populares prevén un importante aumento de votos con el que esperan conseguir el 20-N cinco escaños más e intentar como mínimo igualar su techo de 12 diputados.

El segundo acto llevará a Rajoy a Córdoba. No en vano, es en Cataluña y en Andalucía donde Rajoy espera apuntalar su ansiada mayoría absoluta. En los comicios catalanes de 2010 el PP cosechó el mejor resultado de su historia, lo que volvió a repetir en las locales del 22 de mayo en el feudo socialista del Sur.

CiU advirtió ayer a los socialistas de que «no apoyará» al partido que pierda el 20-N, en el caso de que el PP no tenga mayoría absoluta. En Madrid, una encuesta da a los populares el 50,2% de los votos y 19 o 20 escaños mientras el PSOE pierde más de 10 puntos y tres o cuatro diputados. Los socialistas se quedan con el 29,9% de apoyos y 11 o 12 escaños, IU obtendría uno o dos por detrás de UPyD con dos o tres y uno de Equo.

En las filas populares, las quinielas sobre los ministros de Rajoy incluyen a Ruiz-Gallardón. Otro de los fijos, el canario José Manuel Soria, declaró que el Gobierno que salga del 20-N tendrá entre diez y once ministerios, frente a los 14 del actual de Zapatero.

Por otra parte, el PSOE exigió a Rajoy que pida perdón por el «ataque» de Ana Mato, quien dijo que en Andalucía los niños daban clase en el suelo por falta de mobiliario. Los socialista la tildaron de «pija que viaja en Jaguar, modelo Gürtel y desprecia a la gente normal».

En Cádiz, Rajoy subrayó que no va a ser fácil gobernar y que habrá que tomar decisiones importantes. El candidato del PP se vio sorprendido por la noticia del fallecimiento en un hospital madrileño del diputado Francisco Villar, tesorero del Grupo Popular, y que iba de número once en la lista de Madrid. El finado fue secretario de Estado de Administraciones Públicas con Rajoy a quien acompañó como jefe de gabinete. Villar estaba casado y tenía dos hijos.