Oviedo, Marcos PALICIO

El Rey don Juan Carlos y el Príncipe de Asturias asistieron juntos a la final de la Copa Davis en el estadio de La Cartuja. Era la primera vez que coincidían en un evento deportivo desde la final de waterpolo de los Juegos Olímpicos de Barcelona-92.

Al acabar el partido decisivo de la final de la Copa Davis, después de rebozarse en tierra batida para celebrar el éxito ante el argentino Juan Martín del Potro, Rafael Nadal buscó la localidad de Juan Avendaño en el graderío del estadio de La Cartuja y resumió con un abrazo lo que había pasado allí mismo siete años antes. «Tuvo un detalle muy emotivo, especial, de los que le hacen grande también como persona», agradece el ex tenista asturiano. Hoy es el gerente de la Federación Madrileña y en 2004 uno de los tres capitanes del equipo que ganó en Sevilla la segunda Ensaladera para España, apostando muy fuerte por aquel chaval de 18 años que por entonces era el número 51 del mundo. Tenían a Juan Carlos Ferrero, un ganador de Roland Garros, un reciente «top ten» que venía del número uno, pero prefirieron a Nadal, que aquel día jugó y ganó el segundo punto de la eliminatoria frente al estadounidense Andy Roddick, segundo en la clasificación mundial de aquella semana.

Nadal no nació allí, «lo seguíamos desde los 12 años», pero a los 18 aquel partido era grande, «muy complicado para él, y lo resolvió de manera brillante». «Nos la jugamos mucho», admite Avendaño, componente del grupo de capitanes en los dos primeros triunfos de España en la Davis. «Fue una decisión muy controvertida y muy arriesgada» que al final, a la vista está, «salió bien». En el retorno a Sevilla, el luanquín reprodujo este fin de semana «lo que entonces viví desde dentro con las mismas sensaciones de alegría y disfrute». Es el privilegio de tener un trozo de los éxitos de «uno de los mejores equipos de la historia», valora Avendaño, que ayer vio el partido y recibió el abrazo de Nadal junto a Jordi Arrese, que completaba con Josep Perlas el trío de capitanes en 2004. Ayer, el partido del punto decisivo fue «emocionante, duro y tenso, con altos y bajos», resume el asturiano, «y sobre todo un momento de tensión cuando Argentina tuvo 5-3 en el cuarto set».

El éxito da continuidad a las generaciones excepcionales que el tenis español ha conocido ininterrumpidamente «desde comienzos de los noventa», señala Avendaño. «Es un lujo tener a estos jugadores; contar con Rafa» y no olvidar a David Ferrer, «el número cinco del mundo, que tiene un mérito increíble. En la Davis siempre nos acordamos del que gana el punto decisivo, pero su punto del viernes frente a Del Potro fue absolutamente vital para la eliminatoria».

Aquella otra tarde en La Cartuja

La de ayer fue la segunda Ensaladera que España ganó en el estadio sevillano de La Cartuja. Antes, en diciembre de 2004, el equipo que capitaneaba el asturiano Avendaño junto a Jordi Arrese y Josep Perlas venció por 3-2 a Estados Unidos. Carlos Moyá ganó entonces el punto decisivo ante Andy Roddick. Antes, él mismo se había impuesto a Mardy Fish y Nadal a Roddick. En la imagen, los componentes del equipo, con la Ensaladera. Por la izquierda, Avendaño, Juan Carlos Ferrero, Tommy Robredo, Nadal, Moyá, Arrese y Perlas.