Palma / Madrid,

F. ARMENDÁRIZ / Agencias

La imputación formal del duque de Palma, Iñaki Urdangarín, en la pieza separada número 25 del «caso Palma Arena» se ve como inminente e inevitable. «La cosa va bien: hay suficientes indicios para imputar a Urdangarín», afirmaron fuentes próximas a las pesquisas, que no pueden ser más explícitas por estar las investigaciones bajo secreto de sumario.

En medios próximos al caso reina una sensación agridulce. Por un lado, la presión de la prensa es enorme, superior a la de cualquier otra operación anticorrupción, y entorpece las pesquisas. Por otro lado, las investigaciones avanzan con resultados mejores de los esperados.

Los documentos y testimonios recabados desde el comienzo de la «operación Babel», con los registros practicados en Barcelona y Valencia los días 7, 8 y 9 de noviembre, han dado un importante giro al caso. Antes de los registros se sabía que las facturas presentadas por el Instituto Nóos, impulsado por Urdangarín entre 2003 y 2006, no servían para cuadrar el destino de los 2,1 millones pagados por el Gobierno para dos foros de turismo-deporte. Después se ha sabido que las cerca de quince entidades integrantes del microcosmos Nóos simularon prestarse servicios entre ellas para, supuestamente, disminuir la cuota de impuestos por beneficios empresariales. También se presume que pudieron utilizar sociedades radicadas en paraísos fiscales para sacar dinero de España rumbo al Reino Unido y Luxemburgo.

La confusión de nóminas, funciones y cargos entre las consultorías, las fundaciones, las asociaciones y las entidades sin ánimo de lucro lideradas por Urdangarín ha sido corroborada por los empleados del «grupo». Algunos declarantes, muy próximos al duque de Palma entre 2003 y 2007, han desvelado los presuntos métodos irregulares de Nóos para mover los fondos.

Entre tanto, PSOE y PP dieron ayer su apoyo a la Casa del Rey y destacaron la «prudencia» en su toma de decisiones. Además, el nuevo portavoz del PP en el Congreso, Alfonso Alonso, dijo que las actividades privadas del duque de Palma no deben interferir en la corona.

El presidente del Grupo parlamentario Socialista, Alfredo Pérez Rubalcaba, dio su «apoyo sin fisuras» a la monarquía y al Rey y respaldó todas las decisiones adoptadas para avanzar en la transparencia. En cambio, el coordinador general de IU criticó que la Casa Real haya tardado tanto en actuar y declaró que «esa mancha» quedará con «nitidez» sobre la Familia Real.

De hecho, la prensa internacional, tanto en papel como en internet, coincidió ayer en el daño que están infligiendo a la imagen de la monarquía las investigaciones sobre las actividades empresariales de Iñaki Urdangarín.