El ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, se comprometió ayer en el Congreso a abordar el final de ETA «con generosidad, amplitud de miras y sentido de Estado», aunque «la única hoja de ruta del Gobierno es la aplicación de la ley». Las víctimas podrán dar su opinión sobre el acercamiento de los presos de la banda, dijo por su parte el titular de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón.

El Gobierno impulsará «una política de reinserción de forma individualizada» para los presos de ETA que quieran abandonar la violencia, en los términos establecidos por la ley penitenciaria, que entre otros requisitos exige la petición de perdón a las víctimas, dijo Fernández Díaz. «Será una política que acabe con la manipulación que sufren los presos y sus familias», añadió. El Ministro animó a los etarras a dar «los pasos que otros han dado» -en referencia a la treintena de terroristas que se han acogido a la llamada «vía Nanclares»- para beneficiarse de «la generosidad que la ley contempla», ya que, ha insistido, «la única hoja de ruta del Gobierno es la aplicación de la ley».

En su entrevista en la Moncloa con Mariano Rajoy, el líder del PNV, Inigo Urkullu, ofreció al Presidente consenso en las reformas para salir de la crisis y gestionar la normalización y la convivencia en el País Vasco tras el cese de la violencia de ETA. Al igual que el lendakari Patxi López, el dirigente nacionalista afirmó que Rajoy se mostró receptivo a sus propuestas de flexibilización de la política penitenciaria. El Presidente, que comparecerá por primera vez el 8 de febrero en el Congreso, trasladó a Urkullu que ETA debe disolverse y que a los presos se les aplicará la ley.