Madrid / Oviedo, Agencias

Los sindicatos policiales arremetieron ayer contra el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, al que tacharon de «cobarde» por responsabilizar a la Policía de los incidentes registrados el lunes en Valencia. Miles de personas volvieron a salir a la calle en la ciudad del Turia para protestar por la represión policial ejercida contra los estudiantes del Instituto Lluís Vives y en contra de los recortes en educación.

Protagonistas de la multitudinaria manifestación fueron los libros, que muchos ondeaban al viento para reivindicar el uso de la razón frente a la violencia.

Además, hubo protestas o concentraciones en Alicante, Sevilla, Córdoba, Granada, Cádiz, Madrid y Oviedo, donde unos cientos de personas, convocadas por el Movimiento 15-M, participaron en una marcha con paradas ante la Delegación del Gobierno y la sede del PP.

En una entrevista radiofónica, Fernández Díaz reconoció ayer que quizá se pudo cometer algún «exceso» en la actuación de la Policía contra los estudiantes del Instituto Lluís Vives. Eso sí, porque entre ellos había infiltrados «radicales y violentos». Pero, según el sindicato mayoritario en la Policía Nacional, el SUP, «descargar toda la responsabilidad en que la actuación de la Policía fue excesiva es políticamente cobarde y moralmente miserable».

La Confederación Española de Policía cree que al titular de Interior y a la delegada del Gobierno en la Comunidad Valenciana, Paula Sánchez de León, les faltará tiempo para «escurrir el bulto» tras los incidentes del lunes y lanzar la sospecha sobre la Policía. En un comunicado, la CEP acusó a Fernández Díaz y Sánchez de León de «proteger su interés político».

En esa misma entrevista, Fernández Díaz se ofreció a comparecer en el Congreso para explicar la actuación de la Policía y, horas más tarde, tras la arremetida de los sindicatos policiales, matizó sus declaraciones de la mañana, diciendo que al hablar de «excesos» se refería «de manera muy especial a los que cometen los radicales y violentos que aprovechan determinadas circunstancias para hacer cosas que no deben». Aunque agregó: «Nosotros estamos para controlar los excesos y no para excedernos en el control».

Desde Londres, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, pidió «serenidad y responsabilidad» a «todos» e instó a actuar «con mesura y sentido común» para no dañar la imagen de España en el exterior.

Reconoció que todas las personas tienen derecho a manifestarse y a expresar sus opiniones, pero subrayó que «las fuerzas y cuerpos de seguridad tienen unas funciones que cumplir». El jefe del Ejecutivo admitió que España atraviesa un momento difícil, por eso lo mejor para el país es que «todos tiremos del carro».

El mismo mensaje que la delegada del Gobierno en la Comunidad Valenciana quiso transmitir ayer a los estudiantes, con cuyo líder, Albert Ordóñez, celebró una reunión. Paula Sánchez de León llamó a los estudiantes a comprender que ahora no es momento de dimisiones, como la que exigen por su parte, sino de contribuir entre todos a rebajar la tensión existente.