Palma, Agencias

El duque de Palma, Iñaki Urdangarín, niega en su declaración ante el juez haberse puesto de acuerdo con ex presidente balear Jaume Matas para defraudar fondos públicos. Ésta es una de las afirmaciones que hizo el yerno del Rey durante el interrogatorio de casi 22 horas al que le sometieron el instructor del «caso Palma Arena», José Castro, los fiscales y las acusaciones particular y popular, y cuya copia manuscrita, de 43 páginas, fue dada a conocer ayer.

Según figura en la declaración, a la que ha tenido acceso «Efe», Urdangarín dijo que ni él «personalmente» ni Aizoon, la inmobiliaria que comparte con su esposa, la Infanta Cristina, hicieron «algún negoció con el señor Matas».

Al final de su interrogatorio, el duque de Palma explicó que lo único que hizo fue participar a Matas la urgencia de que se tomara una decisión sobre el patrocinio del equipo ciclista Illes Balears, «en atención al calendario deportivo». «Ése fue el único contacto que mantuvo con el señor Matas de manera directa, ya que todo lo hizo por mediación» de José Luis «Pepote» Ballester, el amigo olímpico que intermedió entre el Gobierno balear y Urdangarín.

Ese «contacto» tuvo lugar en septiembre de 2003, durante un partido de pádel en el palacio de Marivent, residencia veraniega de la Familia Real. En su declaración, Urdangarín reconoció que no dio cuenta ni «a su esposa ni a su suegro» de esa reunión con Matas para hablar de negocios privados, e insistió en que «en modo alguno» contravino la recomendación que le dio luego la Casa del Rey en 2006 de no contratar con instituciones públicas ni mantener asociaciones mercantiles a largo plazo con su ex socio Diego Torres.

Explicó también que, a instancias de Pepote Ballester, mantuvo una reunión con Matas en la sede del Gobierno autonómico, en la que presentó el Instituto Nóos, una entidad sin ánimo de lucro en la que se involucraría. «Matas le anunció que estudiaría su proposición», y Ballester fue «el interlocutor con Diego Torres para buscar la fórmula de contratación», detalla la declaración judicial del duque de Palma.

En cuanto al segundo convenio firmado por Nóos con el Ejecutivo de las islas, Urdangarín aseguró que no tuvo ninguna reunión ni contacto con Matas en relación con este asunto. Y, sobre la cantidad de 400.000 que faltaba por cobrar del segundo convenio, el duque ha reconocido que llamó en 2008 para «propiciar el pago» y que entonces tampoco acudió a Matas.

En todo momento insistió en que su labor como presidente del Instituto Nóos entre 2004 y 2006 se limitaba «a la relación institucional de alto nivel», por lo que se hace responsable de «sus acciones u omisiones», pero no de lo que hicieran sus subordinados. El duque de Palma negó conocer las sociedades radicadas en Belice y Londres investigadas por el juez Castro y la fiscalía anticorrupción por si fueron empleadas para desviar fondos públicos y ocultarlos al fisco. Tampoco sabe nada de cuentas abiertas en Luxemburgo o Suiza.

Sí asumió, en cambio, toda la responsabilidad de la gestión de la sociedad Aizoon. E igualmente defendió que hizo socios de su sociedad Namasté 97 a sus dos hijos mayores y a la Infanta Cristina porque quería tener una empresa familiar cuyos ingresos fueran en un futuro para sus hijos.

Lo que sí hizo fue descargar en Torres toda la responsabilidad en las cuestiones contables de Nóos y asegurar, de paso, que la relación con su ex socio es «inexistente» desde julio de 2008, por «disparidad de criterios» sobre proyectos compartidos y las facturaciones, que hacían que el duque de Palma estuviera insatisfecho, ya que tenía «la sensación de que las cuentas no eran transparentes». Urdangarín, que en otros momentos de la declaración alaba a Torres por su profesionalidad y le califica de «buen maestro», atribuye su ruptura de relaciones al «mal feeling» entre ambos.

Si acaso, admite la posibilidad de que se haya cometido algún «error contable» y que se hayan imputado sus gastos personales a la inmobiliaria Aizoon, algo que está siendo objeto de inspección fiscal. Tampoco «ha calculado» el dinero que él y la Infanta han sacado de las cuentas de la empresa de la que eran copropietarios al 50 por ciento.